Lucha de Poder: política de David (2)

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Como ya se ha tratado el manejo del poder por el Rey David, aquí se tratará además de la astucia oradora de David, a la limpieza de sus obstáculos. Este modus operandi del rey llamado «conforme al corazón de Dios», puede llegar a ser incomprensible por la expectativa moral que se tiene hacia el Rey David. Esta serie de artículos no pretende de eliminar cualquier virtud de David, o menospreciar las buenas acciones realizadas por él, sino lo que se pretende es mencionar las características poco valoradas o escuchadas en 1-2 Samuel. En los siguientes artículos se hablará del factor «Dios» en la historia y qué es lo que apremia 1-2 Samuel de este Rey David.

David y su hermano mayor

David con toda su ambición política, se mostró muy interesado en el premio que recibirá el vencedor de Goliat. Dos veces pregunta para asegurarse de la recompensa para el victorioso:


Y los hombres de Israel decían [a David]: «¿Habéis visto a ese hombre que sube? Ciertamente sube para desafiar a Israel. El rey colmará con grandes riquezas al que lo mate, le dará su hija y hará libre en Israel a la casa de su padre.» Entonces David habló a los que estaban junto a él, diciendo: «¿Qué harán por el hombre que mate a este filisteo y quite el oprobio de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente?«

1 Samuel 17:25–26


La ambición de un joven David

Ante tal ambición por el galardón llega una voz conocida al joven David, que hasta aquí solo había sido pastor de ovejas. Esta voz es la de su hermano mayor. Como suele decirse entre sicólogos y terapeutas de familia, los hijos mayores son generalmente los más responsables, mientras que los hijos menores protegidos y privilegiados. Pero esta protección y privilegio de conseguir permisos más tempranos por aprender de la astucia de los hermanos mayores, puede dar lugar también a más coraje y visión emprendedora.

David delante de Saúl, por Marc Chagall

Curiosamente, el hermano mayor de David lo conoce a su hermanito como una persona muy listo, que tiene un plan con cada pregunta que hace: «Yo te conozco. Eres un atrevido y mal intencionado. ¡Seguro que has venido para ver la batalla!» (1 Sam 17:28 NVI) La respuesta de David a su hermano mayor demuestra que algo se está tramando: «¿Y ahora qué hice?—protestó David—. ¡Si apenas he abierto la boca!» (1 Sam 17:29 NVI) Sí, pero el hermano mayor lo conocía, y el desenlace de la historia le da la razón al hermano mayor, cuando David sí logra convencer al rey Saúl de lo hábil y valiente que él es (1 Sam 17:34-36).

Pero como la mayoría en 1-2 Samuel, el hermano mayor lo subestimó a David. Su plan fue más que «ver la batalla», sino de llegar a lo más cercano del Rey mismo. Obviamente el galardón prometido de grandes riquezas y la hija del rey (1 Sam 17:25), eran una lotería para cualquier joven que no calculaba bien las consecuencias posibles del combate. Y así lo consiguió David.

El astuto orador

David es presentado como alguien que sabía decir lo que otros querían escuchar. Dos ejemplos: 1) Estando delante de Saúl, David dice que ha matado osos y leones, ¿cómo no va a poder entrar en guerra contra Goliat? (1 Sam 17:34-36). Esto convence a Saúl. 2) Más tarde, cuando Saúl su hija mayor (Merab) a David, éste dice «¿Quién soy yo, o qué es mi vida, o quién es la familia de mi padre en Israel, para que yo sea yerno del rey?» (1 Sam 18:18) Aunque suene muy humilde, David aceptó la oferta. Incluso acepta el desafío de los 100 prepucios filisteos, duplicándolo por la siguiente hija (Mical). Esto indica que probablemente fue la buena manera de hablar que tenía David. No en vano es presentado como «prudente en su hablar».

Saúl y David, por el español Francisco Fernández, en aprox. 1685

No sólo con su propia gente David lograba aliarse. Además de su astucia en palabra con las mujeres y el rey Saúl, se pudo aliar con los máximos enemigos de su propia gente. Primero David se salva de estos mismos enemigos actuando como demente, pero luego de alguna manera logra que le vuelven a tomar en serio.

Primer encuentro con los filisteos

En su primer encuentro con los filisteos en Gat, y estos recordaron el festejo de la gente sobre la victoria de David sobre Goliat, su propio héroe (1 Sam 21:11). David «se fingió demente ante sus ojos y actuaba como loco en medio de ellos escribía garabatos en las puertas de la entrada y dejaba que su saliva le corriera por la barba» (1 Sam 21:13). No sólo el arte de la música lo salvó ante un Rey, sino también la habilidad de actuación lo salvó ante Aquis, rey de Gat. Este no quiso ni ver al David loco (1 Sam 21:14-15)

Segundo encuentro con los filisteos

El segundo encuentro fue muy diferente:


Se levantó, pues, David y se pasó con los seiscientos hombres que estaban con él a Aquis, hijo de Maoc, rey de Gat. Y moró David con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada cual con los de su casa.

1 Samuel 27:2-3


Pareciera ser que el primer encuentro nunca sucedió. Pero uno se puede imaginar que con 600 hombres, que el rey no lo iba a atacar así nomás. Por un lado podría ser un aliado esencial para contraatacar a Israel. Por el otro lado también podría perder muchos hombres al tratar de ganarle de golpe a estos 600. Las cartas se habían vuelto a repartir y esta vez David sí tenía fichas para negociar. Se puede notar una costumbre de movimientos de poder. Como David más tarde trató de juntar dos ejércitos, así lo tuvo ahora Aquis, para que sus propios hombres no se podrían rebelar ante él (1 Sam 27:1-2).

Una estrategia misteriosa

David atacó a muchas ciudades filisteas durante su estadía en Gat (1 Sam 27:8-9), pero su lema de estos ataques era: «No sea que nos descubran» (1 Sam 27:11). La astucia y al parecer su prudencia en hablar lo ayudaron incluso que el rey Aquis «confiaba en David» (1 Sam 27:12).

Finalmente Aquis le quiso llevar a David y a sus hombres a la guerra contra el Israel de Saúl. Pero los soldados filisteos parecen haber conocido mejor las artimañas de este personaje llamado David y no confiaron en él. Primero se acuerdan de la cabeza de Goliat al decir: «¿con qué podría hacerse él aceptable a su señor? ¿No sería con las cabezas de estos hombres?» (1 Sam 29:4), y luego se acuerdan por segunda vez de la celebración de la victoria de David sobre Goliat (1 Sam 29:5). Aquis se salva de una jugada de David, quien se defiende muy parecido como ante su hermano mayor, diciendo: «Pero, ¿qué he hecho?» (1 Sam 29:8)

Como la historia es presentada, no sería difícil imaginarse que David planeaba un doble golpe para quedarse con todo el poder. Ir con los filisteos en contra de Saúl, y a la hora de la victoria de estos, atacar al rey de los filisteos, coronándose como rey de los tres ejércitos. Pero esto debe quedar como mera especulación.

David, por Adamo Tadolini, foto: Yair Haklai.

La astucia limpiando los obstáculos de David

Las estrategias aprendidas a lo largo de las luchas en el campo lo habían madurado al joven pastorcito a un experimentado jefe de ejércitos. Los secretos abundaron en la vida de este rey, y 1-2 Samuel no tienen ningún problema de poner luz sobre estos detalles.

Urías y el plan «limpieza»

La astucia de David sale a luz en el asesinato de Urías. Un obstáculo que llevó casi al derrumbe al reinado de David. La estrategia no faltó al rey, al tratar de desligarse de un problema en el que él mismo se había enrollado. Un soldado que sabe que el rey duerme con su mujer, mientras que este esté batallando para él, no será fiel por mucho tiempo. Ni qué decir de la desconfianza del resto del ejército. Esto tuvo que ser limpiado estratégicamente como una serie de crimen que nunca salió a la luz pública. El ejército no se rebeló, y el rey quedó como héroe al tomar a la pobre doble-vítcima Betsabé, ahora viuda como esposa (2 Sam 11:26–27).

Joab y el plan «accidente»

¿Cómo un rey puede deshacerse de un jefe de la armada sin perder la armada misma? La astucia de terminar con la vida de Joab, sin crear problemas públicos fue una de las estrategias únicamente ideadas por un rey experimentado. ¿La razón? Joab había matado a dos jefes de otros ejércitos, no dejando ponerse en una situación de competencia interna (1 Rey 2:5). David seguía dependiendo de Joab. Pero el ya viejo David le instruye a su sucesor Salomón: «Haz, pues, conforme a tu sabiduría, y no permitas que sus canas desciendan al Seol en paz» (1 Rey 2:6). Conforme a la sabiduría es lo listo que Salomón deberá ser para que este plan «accidente» pueda funcionar.

Los ungidos y el plan «seguridad»

Como último, el manejo de información entre lo privado y lo público ha dado resultado en el gobierno de David. Si bien o mal, David se quedó en el poder por muchos años. Los ungidos para David era algo sagrado. Seguramente tiene que ver de que sean ungidos de parte de Dios, pero a la vez, David educó a sus mismos hombres que no se tocan los ungidos, sabiendo que él era uno de estos. Si David hubiese matado simplemente a Saúl, ¿qué podría esperar de sus propios soldados?

Conclusión

Los libros de 1-2 Samuel muestran a un monarca estratega con una agenda política muy ambiciosa y efectiva. Moralmente se puede cuestionar mucho. Varios movimientos no serían aceptados en ninguna democracia hoy en día, ni por los derechos humanos. Pero lo humano de David, y la promesa mesiánica de Dios desde los descendientes de este rey, se hacen más gloriosas y majestuosas, porque demuestran que no solo la astucia sino la máxima fidelidad hacia Dios es la que cuenta finalmente. David no quedó con toda la autoridad del Padre en el cielo, pero fue Jesús, el que padeció y murió por nosotros el que sigue siendo el modelo para todo cristiano. ¡A este Jesús sea la gloria y la honra!

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