Durante el relato sobre la vida de David en los libros de 1 y 2 Samuel, se puede notar mucha astucia de parte del monarca. Esta astucia, sin juzgarla moralmente positiva o negativa, es parte del alcance del reino davídico; es la política de David. De esta manera, la primera impresión que recibe el lector de los libros de 1-2 Samuel de David es un joven estratega. Cuando Saúl buscaba un arpista le contaron de David y entre otras cosas, éste era «prudente en su hablar» (1 Sam 16:18). Esto sale a luz en la mayoría de las conversaciones que tiene David en estos libros. Pero lo más notable es su destreza política. Si bien o mal, queda por determinar.
La astucia política de David
1. Sube al poder negociando con el amor
El texto relata que Saúl quería a David como yerno, seguramente para poder controlarlo más de cerca y a través de sus propia hija. Pero no se puede dejar de lado la estrategia que tenía David con esta nupcia. La astucia lo premió con el salto más rápido que el muchacho, nuevo héroe nacional, podía haber hecho para subir en el escalafón del poderío monárquico. Los fans de Hallmark y otras novelas dirán que David fue tan romántico que mató a un ejército de 200 filisteos por su enamorada Mical. Pero el romántico David parece que la dejó sin hijos a propósito por un reproche justificado de parte de ella (2 Sam 6:20-23).
2. Potencia su poder evitando conflictos internos
Otra estrategia política de David se puede notar en la elección de personas claves en su gobierno. Abner que va en contra de David a lo largo del reino de Saúl, finalmente quiere hacer un trato con David. David lo acepta como su nuevo comandante de ejército. Los dos parecen conocer sus destrezas políticas. Pero resulta que Abner había matado al segundo candidato como comandante, Joab. Este por la competencia y la venganza, demuestra su disposición sin límite por fidelidad a su hermano. Es notable que Joab siendo el sobrino del Rey David (1 Chr 2:15-16) queda finalmente como comandante del ejército.
David aplaudía toda fidelidad de sus hombres, pero le gustaba estar en el poder y ser honrado por sus guerreros y mujeres. Es Joab, él que mata finalmente a su propio primo y al hijo del rey David, Absalón, por la enorme rebelión que había iniciado contra el reino de David. Pero su fidelidad es premiada con una sentencia de muerte de parte de su propio rey David, quien le encarga a Salomón, el otro primo de Joab, de esta ejecución antes de morir (1 Rey2:5-6).
3. Asegura su poder con tratos religiosos
David no necesariamente buscó los contactos con los religiosos, pero sí se juntó con ellos. Como ya se ha tratado una matanza de unos 85 sacerdotes (1 Sam 22:18-19), en la que David estuvo involucrado, el hijo de Ahimelec, Abiatar se había salvado de esta masacre (1 Sam 22:20). David, admitiendo que sabía de lo que iba a pasar, le convence a Abiatar que se quede con él (1 Sam 22:22-23). Abiatar era el sucesor del sumo sacerdote, Ahimelec, quien fue su padre. Pero a David le pareció bien darle una competencia interna y le eligió a Sadoc (2 Sam 8:17) que sirva juntamente con Abiatar como sumos sacerdotes (2 Sam 15:29, 35).
Sadoc y Abiatar hicieron volver el arca de Dios a Jerusalén, y se quedaron allí. — «¿Y no están allí contigo Sadoc y Abiatar los sacerdotes? Por tanto, todo lo que oigas de la casa del rey lo comunicarás a los sacerdotes Sadoc y Abiatar.»
2 Sam 15:29, 35
Nuevamente esta estrategia es políticamente genial, porque divide el poder religioso y cuando finalmente Abiatar se une a Adonías, el cuarto hijo de David, Sadoc se queda con David, quien no pierde el apoyo religioso por completo (1 Rey 1:7-8). ¿Quién habría necesitado 2 sacerdotes centrales? La sutileza del autor de 1-2 Samuel deja entrever algunas de las artimañas de la política de David.
Los dos sacerdotes fueron encargados por llevar el arca del pacto a Jerusalén. Obviamente tal procesión era un desfile de una monarquía que mostraba seguir a Dios. En lo público David hizo que los dos estén presentes. Es curioso que el autor haya puesto en todas las ocaciones que aparecen los dos sacerdotes, Sadoc y Abiatar, en este orden: Sadoc primero. Seguramente porque este se haya quedado con David finalmente.
4. Se cerciora de un futuro seguro
Otra genialidad de la política de David, fue su lema para su lucha por el poder: «Prohibido matar al Rey o sus familiares!» David, por lo menos en público, nunca premió a nadie por matar a los familiares de Saúl o a Saúl mismo. Todos los que dicen haber hecho esto mueren. David no solo respeta a Saúl por ser el «ungido», sino que también sabe que si muestra a su ejercito que así se llega al poder, ¿qué esperará de sus hombres una vez que él esté en el poder? Esto fue su política militar. Quizá suene a humildad; puede ser. Pero lo difícil de explicar es lo siguiente:
Joab había matado a Abner, el comandante del ejército de Saúl. Al enterarse David, le manda a Joab a lamentar la muerte de Abner y participar del funeral mismo (2 Sam 3:31). Uno pensaría, ¿cómo el asesino debería participar? Pero lo que el autor muestra son las dos caras de la moneda: lo público y lo privado. En lo público, David y sus hombres lloraron, hicieron duelo, se rasgaron las vestiduras, y el rey mismo hizo una plegaria y no comió ese día. Y dice el autor justo lo que se estaba diciendo a lo largo de este capítulo:
Y todo el pueblo reparó en ello, y les agradó, pues todo lo que el rey hacía agradaba a todo el pueblo. Así todo el pueblo y todo Israel comprendió aquel día que no había sido el deseo del rey de que se diera muerte a Abner, hijo de Ner.
2 Samuel 3:36-37
En lo privado, David sabía que no podía contra el comandante del ejército. El momento realmente fue oportuno para Joab. Habían dos ejércitos, el de Saúl bajo el mando de Abner, y el de David bajo Joab. David, una vez en el poder, trata de hacer las paces con Abner y así con todo su ejército (2 Samuel 3:21). Joab aprovecha esta situación delicada y mata al jefe del ejército que ahora está bajo el mando de David, y con esto queda como único líder militar. Así Joab evita lo que los sacerdotes no pudieron evitar: la división de su poder. David no podía en este momento de mucha tensión militar ir en contra del mismo comandante del ejército, porque iba a empezar una lucha libre que resultaría en una anarquía total. Esto lo explica sutilmente, entre líneas el mismo David cuando dice a sus siervos:
Hoy soy débil, aunque ungido rey; y estos hombres, hijos de Sarvia [Joab y Abisai], son más duros que yo. Que el Señor pague al malhechor conforme a su maldad.
2 Samuel 3:39
Conclusión
David queda como un político muy humano en 1-2 Samuel. Esto no significa que sea guiado por Dios, pero quizá ayude a repensar qué significa ser guiado por Dios. Y en especial, ¿Qué significa ser un hombre acorde al corazón de Dios? La evaluación de la política de David es dejada al lector. Pero que hay estrategia política y lucha de poder parece quedar claro por la manera ambigua como lo retrata el autor de 1-2 Samuel a este Rey.