En los libros 1-2 Samuel se encuentran varios pasajes que son escritos en forma lírica. Si fueron cantados en su tiempo de redacción no podemos saber. Pero varios tienen el título «cántico», «elegía/lamento». Se empezará con los pasajes líricos secundarios para terminar con 2 pasajes de todo un capítulo, que engloban toda la historia presentada en 1-2 Samuel: El cántico de Ana y las últimas palabras de David.
1. Cánticos secundarios
Entre los pasajes líricos se encuentran el canto de las mujeres sobre la victoria de David, una poesía profética de Samuel, un lamento llamado Cántico del arco de David, otro lamento de David por Abner, y las últimas palabras de David.
a. La canción de los 10.000 de David
Este es la canción más mencionada en los libros 1-2 Samuel. Primeramente aparece como celebración de las mujeres sobre la victoria de David sobre Goliat (1 Sam 18:7). En esta canción se celebran los 10.000 que David había liquidado, pero también lo contrasta con Saúl que solo había matado a 1.000:
Las mujeres cantaban mientras tocaban, y decían:
Saúl ha matado a sus miles,
y David a sus diez miles.
1 Samuel 18:7; ver también 1 Sam 21:11 y 1 Sam 29:5
Pero pareciera que fue todo un éxito cultural este refrán. Los soldados del rey filisteo Aquis también lo conocían y se lo cantan a su rey para que se acuerde quién es este David (1 Sam 21:11). Así también lo hacen todo el ejercito de los filisteos para que David no se vaya a pelear con ellos. Es el más temido. Además es bastante impresionante que el ejército filisteo haya recordado la épica victoria de David sobre Goliat.
b. El oráculo poética de Samuel contra Saúl
El momento en que el profeta Samuel le comunica a Saúl que Dios lo había desechado se lo comunica en una forma poética:
Y Samuel dijo:
22 ¿Se complace el Señor tanto
en holocaustos y sacrificios
como en la obediencia a la voz del Señor?
He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio,
y el prestar atención, que la grosura de los carneros.
23 Porque la rebelión es como pecado de adivinación,
y la desobediencia, como iniquidad e idolatría.
Por cuanto has desechado la palabra del Señor,
El también te ha desechado para que no seas rey.
1 Samuel 15:22-23
Se pueden notar los claros paralelos que ocurren a menudo en la poesía hebrea. Los primeros son un doble contraste sacrificios↔︎obediencia (x2), y luego aparece una comparación cuádruple de rebleión=pedaco de adivinación ↔︎ desobediencia=iniquidad e idolatría. Finalmente se termina con una doble desecho, de parte de Saúl a la palabra de Dios y de parte de Dios al rey Saúl.
c. Cántico del Arco
El Cántico del Arco (2 Sam 1:17-18) es un lamento de David por la muerte de Saúl y su hijo Jonatán (2 Sam 1:19-27). Amigo, cuñado y suegro de David. Curioso es la fuente que cita el autor para esta lírica: el libro de Jaser, libro que parece haberse perdido a lo largo de la historia. Esta es un lamento de muerte, también llamado elegía. Claus Westermann describe muy bien como funcionan esta clase de lamentos:
- Tratan acerca de la muerte y de los fallecidos: «Saúl y Jonatán, amados y amables en su vida, y en su muerte no fueron separados» (2 Sam 1:23)
- Miran hacia el pasado: «Tu hermosura, oh Israel, ha perecido sobre tus montes. ¡Cómo han caído los valientes!» (2 Sam 1:19)
- Muchas veces es dirigido a los fallecidos mismos en segunda persona: «Estoy afligido por ti, Jonatán, hermano mío; tú me has sido muy estimado.» (2 Sam 1:26)
- No hay mención de Dios.
- Normalmente son escritos para cantar en una casa de duelo o en la procesión misma.[1]
Además de estas características, existe un gran número de paralelos en el cántico. Un doble paralelo cuadrúpedo aparece en 2 Sam 1:20. Donde no se debe anunciar la muerte de Saúl y Jonatán en Gat ni en Ascalón (2 ciudades filisteas), para que no se regocijen las hijas de los filisteos, ni las hijas de los incircuncisos. Además contiene una merismo, que es un paralelo de extremos: «amados y amables en su vida, y en su muerte no fueron separados» (2 Sam 1:23). La vida y la muerte muestran las dos caras de la moneda, los dos extremos que engloban lo completo.[2] El refrán de esta elegía aparece 3 veces (2 Sam 1:19, 25, 27) y se constituye de lo más triste para el pueblo de Dios: «¡Cómo han caído los valientes!» [3]
d. La elegía de David por Abner
En 2 Sam 3:33-34 encontramos la segunda elegía escrita por David, pero esta vez por Abner, el comandante del ejército de Saúl que fue asesinado por Joab, el comandante del ejército de David:
33 Y entonó el rey una elegía por Abner, y dijo:
¿Había de morir Abner como muere un insensato?
34 Tus manos no estaban atadas, ni tus pies puestos en grillos;
como el que cae delante de los malvados, has caído.
Y todo el pueblo volvió a llorar por él.
2 Samuel 3:33-34
Nuevamente se aplican al 100% las 5 características mencionadas arriba. En la historia, es como una pausa en medio del drama muy elevado por traición y asesinato. Empieza a pausar al introducir el lamento de rey, todos atajan su respiración, lo cita, y luego «todo el pueblo volvió a llorar». Como si el pueblo mismo pausara con sus llantos para escuchar la elegía del rey para luego continuar con su aflicción.
e. Últimas palabras de David: el oráculo de Dios
Algo tan curioso que Samuel haya profetizado en poesía contra Saúl, es que en el lecho de muerte del rey David, sus últimas palabras son recordadas también en forma lírica. Esto no quiere decir que necesariamente fueron inspirados a unas rimas en esas situaciones tan extremas. Sino que fueron plasmadas de tal manera, probablemente oralmente recordadas, en el libro dentro de la historia. No se debe olvidar que el autor ya ha citado a otras fuentes para sus cánticos.
Las últimas palabras de David se encuentran en dos versiones, muy de seguido: 2 Sam 23:1-7 y 1 Rey 2:2-9. Aquí se enfocarán las de 1-2 Samuel. El primer verso de la lírica sigue siendo una introducción:
Declara David, el hijo de Isaí,
y declara el hombre que fue exaltado,
el ungido del Dios de Jacob,
el dulce salmista de Israel:
2 Samuel 23:1
Realmente David habla solamente en 2 Sam 23:2, 5. 2 Sam 23:1 es una introducción y el v.2 es otra introducción de lo que Dios ha dicho. En 2 Sam 23:5 David confirma la palabra de Dios al decir:
En verdad, ¿no es así mi casa para con Dios?
Pues El ha hecho conmigo un pacto eterno,
ordenado en todo y seguro.
Porque toda mi salvación y todo mi deseo,
¿no los hará ciertamente germinar?
2 Samuel 23:5
El resto de la poesía es lo que Dios ha hablado. Como Dios dice más que David, algunos comentaristas lo han llamado el oráculo de Dios a David. Pero más que unas «últimas palabras» antes de partir, es un suspiro de serenidad, puesto que Dios se ocupará de su pacto y seguridad.
Curiosamente, esta poesía contiene mucha similitud con la de Balaam en Núm 24:2-9. Los dos dan un oráculo, lo reciben por el Espíritu del Señor, y los justos son bendecidos por Dios y los malvados, maldecidos.
2. Los Cánticos que encierran todo
a. Ana (1 Samuel 2:1-10)
Luego de una breve introducción de la situación familiar de Ana y la situación sociocultural que el cap. 1 de 1 Samuel relata, el lector ya se encuentra con una oración en forma lírica de la madre de Samuel. Según las características de la lírica, se puede decir que es un cántico, y en específico un cántico de agradecimiento, comparado con Salmo 45, 72, 113.[4]
Este cántico trata de la restitución divina de los oprimidos en contra de los opresores. Los oprimidos son los que tienen a Dios como su fortaleza (1 Sam 2:1) quienes lo elevan por sobre lo más alto (1 Sam 2:2). Estos por el momento son pobres, sin hijos, y con hambre (1 Sam 2:5, 7-8). Pero los enemigos injustos, como durante toda la historia, oprimen al pueblo de Dios. Por esto «El Señor… a su rey dará fortaleza, y ensalzará el poder de su ungido» (1 Sam 2:10). Este rey, como la historia muestra, no es Saúl ni su hijo Jonatán.
El ungido es David, el que lamenta la derrota de los dos anteriores ante los enemigos. David es el hombre «conforme al corazón de Dios» (1 Sam 13:14). Esta conformidad significa la elección de Dios a un rey que supo manejar la guerra divina (jerem) contra los gigantes, descendientes de Anak (más aquí y aquí). Por esta razón, el cántico inicial hace tanto énfasis que es Yahvé, el que «da vida y da muerte», que «hace bajar al Seol y hace subir», que «ha puesto las columnas de la tierra» y «por El son pesadas las acciones» (1 Sam 2:3, 6, 8).
b. David (2 Sam 22)
El cántico de Ana al inicio y el de David al final de 1-2 Samuel ofrecen al lector un cuadro para la historia que pretende transmitir el autor. Habiendo introducido la gran lucha de Dios contra los opresores, ahora se concluye con un salmo del victorioso de Dios contra sus enemigos. Aquí solamente se mostrarán los muchos parecidos entre estos 2 cánticos. El salmo mismo será analizado en el siguiente artículo.
Pasaje | Ana | David | Pasaje |
1 Sam 2:2 | El Señor es mi roca | El Señor es mi roca | 2 Sam 22:2, 3, 32, 47 |
1 Sam 2:1 | Del Señor es la salvación | Del Señor es la salvación | 2 Sam 22:3, 36, 47, 51 |
1 Sam 2:10 | ensalzará el cuerno de su ungido | mi cuerno | 2 Sam 22:3 |
1 Sam 2:9 | no por la fuerza ha de prevalecer el hombre | salva de violencia | 2 Sam 22:3 |
1 Sam 2:6 | El Señor hace bajar al Seol y hace subir | lazos del Seol (no pudieron con él) | 2 Sam 22:6 |
1 Sam 2:7 | El Señor humilla a los enaltecidos | los altivos tú humillas | 2 Sam 22:28 |
1 Sam 2:8 | las columnas de la tierra son del Señor | la tierra se estremeció; los cimientos de los cielos temblaron; los cimientos del mundo quedaron al descubierto | 2 Sam 22:8, 16 |
1 Sam 2:9 | guarda los pies de sus santos | El hace mis pies como de ciervas; ensanchas mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado; enemigos cayeron debajo de mis pies | 2 Sam 22:34, 37, 39 |
1 Sam 2:9 | los malvados son acallados en tinieblas | descendió con densas tinieblas debajo de sus pies | 2 Sam 22:10, 12 |
1 Sam 2:10 | El tronará desde los cielos | Tronó el Señor desde los cielos | 2 Sam 22:14 |
1 Sam 2:10 | a su rey dará fortaleza | muestra misericordia… a David y a su descendencia para siempre | 2 Sam 22:51 |
1 Sam 2:10 | ensalzará el poder de su ungido | muestra misericordia a su ungido | 2 Sam 22:51 |
Conclusión
Estos dos cánticos muestran como Dios ha sido el supremo (más aquí) a través de toda la historia de 1-2 Samuel. Son la introducción y la conclusión, el cuadro para la narrativa que explica como de manera sobrenatural, Dios ha ayudado a su pueblo a salir victoriosos de sus opresores gigantes. Esto no es simplemente una lucha social ni étnica, sino contra huestes y potestades.
Para el cristiano esta lucha sigue, pero ya «no contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales» (Efesios 6:12).
[1] Westermann, C. (1954). «Struktur und Geschichte der Klage im Alten Testament». Zeitschrift für die alttestamentliche Wissenschaft, 66:1, pág. 46.
[2] Alonso Schökel, L. (1987). Manual de Poética Hebrea. Madrid, España: Cristiandad, págs. 105-106.
[3] Anderson A. A. (1989). 2 Samuel, Vol. 11 del Word Biblical Commentary. Dallas, TX, EE.UU.: Word, págs. 16-17.
[4] Tsumura, D. (2007). The First Book of Samuel, NICOT. Grand Rapids, MI, EE.UU.: Eerdmans, pág. 622.