Lucha de Poder: un David sanguinario (1)

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David vencedor de Goliat, por Palma il Giovane, en 1590.

¿Quién fue David?

«¿Quién es David?» pregunta Nabal (1 Sam 25:10). «Joven, ¿de quién eres hijo?» pregunta el rey Saúl (1 Sam 17:58). «¿Quién soy yo, o qué es mi vida?», «¿quién soy yo, oh Señor Dios?» pregunta David mismo. (1 Sam 18:18; 2 Sam 7:18) ¿Quién fue y cómo era David?

A David, conocido como «conforme al corazón de Dios», el autor de los libros de Samuel lo describe con algunas cualidades diferentes a lo conocido normalmente. Los próximo artículos serán una serie acerca de cualidades poco conocidas de David. Luego en el artículo final trataré de responder la pregunta, qué significa que David sea «conforme al corazón de Dios.» (1 Sam 13:14)

David el sanguinario

La cualidad que será puesta en descubierto aquí, será lo sanguinario que llegó a ser David. Desde su entrada en escena hasta el fin de su vida, la sangre de otros corrió por los pies de David. Quizá no suene muy cristiano, pero suena muy bíblico. Como pastor ya había matado leones y osos. Pero lo que le da parte en la historia es haberle matado a Goliat. Luego los tantos enfrentamientos contra los filisteos, algunos por mujeres y otros por poder, le dan fama por toda Canaán. David se vuelve cómplice de dos masacres de su propia gente: 1) cuando le engaña al sacerdote de Nob, Ajimélec, y como mínimo 100 personas son matadas; 2) cuando David orquestra el homicidio de Urías, «de modo que murieron varios de los nuestros.»

Además de ser activo en hacer correr la sangre, la permisividad para los asesinatos en su propio reinado llaman la atención. 1) Abner, el comandante de Saúl, mata a Asael (2 Sam 2:22-23) y luego hace un pacto con David (2 Sam 3:12-13). 2) Joab, el comandante de David, mata a Abner por venganza (2 Sam 3:27), y sigue en comando. 3) La más complicada para el rey David, fue la permisividad con sus propios hijos: Amnón viola a su hermanastra en el palacio real, y solamente es vengado por el hermano de Tamar, Absalón, quien lo mata sin consecuencias. Cuando Absalón puede volver al palacio real, arma toda una conspiración en contra de su padre, duerme públicamente con las concubinas de David.

Finalmente es recordado por sus ejecuciones de los mensajeros que le dejaban saber que sus enemigos murieron: 1) el amalecita que le cuenta que Saúl murió; 2) Recab y Baná que le trajeron la cabeza de Isboset, el hijo de Saúl. Se podría pensar que la venganza era algo maligno para David, pero su comandante puede utilizar la venganza sin ninguna consecuencia. Así también como la venganza que David mismo ordena a Salomón ya en su lecho de muerte, encargándole a matar a 2 viejos problemáticos (1 Rey 2:5-8).

Joab asesinando a Abner, vidriera de un convento en Holanda, de 1510

El pastorcito contra Goliat

La primera característica de David que se vuelve pública es su matanza de Goliat. Samuel unge al joven como rey en privado (1 Sam 16:13) y lo poco que sabemos de David es que «es valiente, hábil guerrero» (1 Sam. 16:18). Pero luego al visitar a sus hermanos en el ejercito, escucha a Goliat, y se presenta ante Saúl para enfrentarle. David mismo se presenta como matador de osos y leones, para así convencer al rey de sus habilidades. Algunos han dicho que Goliat fue un gigante acromegalico, una enfermedad que puede hacer crecer la persona hasta 2,45 metros de altura y sufren de mala visión. Pero Goliat reconoce que David era «de buen color y guapo» (1 Sam. 17:42 BNP). Los gigantes serán tratados en otro artículo más adelante.

David sin pestañear empieza el ataque y su contragolpe es mortal. El autor, el ejército y toda la ciudad real honra a David por matarle a Goliat. Pero David no se quedó asustado de lo que su hondita pudo ocasionar. No, le saca la espada a Goliat y le corta la cabeza (1 Sam 17:51). Esto ya requiere un estomago fuerte. Pero es más, «David agarró la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén.» (1 Sam. 17:54 BNP) Quizá no hace falta entrar en detalles de cómo se «agarra» una cabeza cortada, pero sí se debe notar que estos son tiempos bien diferentes al nuestro.

Las dos masacres

Al huir de Saúl, David llega a la ciudad más religiosa del reinado de Saúl: Nob, donde estaba el arca de Dios y seguramente una clase de Templo. David le miente a Ajimélec que supuestamente viene «por orden del rey, pero nadie debe saber a qué me ha enviado ni cuál es esa orden» (1 Sam. 21:2). Si el autor del libro de Samuel no logró convencer a sus lectores que David estaba engañando, añade una segunda mentira: «Tan urgente era el encargo del rey que no alcancé a tomar mi espada ni mis otras armas» (1 Sam. 21:8). Sin juzgar lo moral aquí, la historia sigue. Y cuando Saúl se entera que Ajimélec (engañado) le ayuda a David, manda a asesinar a toda la ciudad (1 Sam 22:17-18).

Rey David, por Marc Changall

Además de haber sido partícipe pasivo en la masacre de los sacerdotes, su amorío abusivo con Betsabé le obligó a encubrir su hechos. Es difícil que Urías no hubiese sospechado nada. El rey no pide la visita de cualquiera y 4 insinuaciones aclaran la cosa: 1) La orden del rey «Vete a tu casa y acuéstate con tu mujer» (2 Sam 11:8). 2) «Tan pronto como salió del palacio, Urías recibió un regalo de parte del rey» (2 Sam 11:8). 3) Al día siguiente el rey le cuestiona porqué no fue a su casa (2 Sam 11:10). 4) El rey le invita a un banquete (2 Sam 11:12-13). ¿Quién no tendría sospechas cuando en dos días un desconocido hitita se vuelve el más premiado del rey, sin haber hecho nada que merezca un premio?

Uría cae al sitiar Rabá, por Rudolf von Ems, entre 1350-1375, de Weltchronik Fulda Aa88 274r.

Cómplices de combate

David conoce su cómplice de asesinatos Joab, su comandante y compañero de muchas luchas. El pobre y tan fiel Urías lleva a su capitán su propia orden de ejecución. Pero esto ocasiona no sólo un accidente, ¡no! Es una batalla perdida, «varios de los nuestros murieron». (2 Sam 11:24) Joab, conociendo al otro cómplice, le explica al mensajero que la muerte de Urías apaciguará al rey de las muy malas noticias de la batalla perdida (2 Sam 11:19-21).

Conclusión

Quizá parezca una descripción un poco injusta hacia David. Puede ser. Pero lo importante es aquí, que es el autor mismo quien lo presenta al rey David con estas descripciones. Los Salmos y el Nuevo Testamento alaban a David, pero creo que es oportuno también escuchar a los libros de Samuel, qué quieren decir. Si decimos que son libros inspirados deberíamos prestar un oído a su mensaje. David vivió en otros tiempos y no fue del todo perfecto. Quizá la descripción acumulada de la Biblia misma es algo asombrosa como es presentada aquí. Pero brinda una nueva claridad a través de la cual se puede reflexionar sobre la vida del tan famoso Rey David.

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