La Biblia y los rollos de Qumrán

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Porción del Rollo del Templo (11Q19), 200 a.C. – Wikicommons

Seguramente ha escuchado o leído la frase «los rollos del Mar Muerto» o «de Qumrán.» Estos documentos son los manuscritos más antiguos de la Biblia y constan de la mayor colección de manuscritos (más de 25.000). En este artículo se tratará de explicar 1) qué son estos rollos y qué significan, 2) qué tienen que ver con la Biblia, y 3) cómo podemos/debemos utilizarlos como cristianos. ¿Por qué no se conocen muy bien? Por que recién se descubrieron a partir del año 1947 y fueron publicados lentamente, siendo completamente publicados recién en 1990. La última edición de los textos en español se publicaron en 2009.

¿Qué son los rollos del Mar Muerto?

Estos rollos son una gran colección de manuscritos muy antiguos. Estos manuscritos en su mayoría ya tienen más de 2.000 años de antigüedad. Datan desde los años 250 a.C. entre los más antiguos y los más nuevos de la colección datan hasta el año 135 d.C. En pocas palabras alrededor de los tiempos de Jesús. La datación de estos manuscritos se ha realizado a través de la paleografía (estudio de la escritura antigua), utilizando radiocarbonos (C-14), analizando la descomposición de los carbonos en los elementos encontrados, y finalmente analizando los pergaminos y la tinta de los manuscritos.[1]

Revise algunas cuevas de Qumrán a través de Street View de Google.

Su cantidad y contenido

Esta colección se compone de nada más que aprox. 1.050 rollos y más de 25.000 fragmentos. Están en diferentes idiomas, siendo la mayoría en hebreo, una sexta parte en arameo, una minoría en griego y algunos fragmentos en otros idiomas. Los textos encontrados se pueden dividir en textos bíblicos y no bíblicos. Los primeros contienen partes de todos los libros del Antiguo Testamento (excepto del libro de Ester). De todos los manuscritos de esta colección, el 25% son textos bíblicos.[2, 3]

Entre los textos no-bíblicos se encuentran comentarios sobre textos bíblicos, tratados sobre de los mesías y los anticristos esperados, historias de ángeles y gigantes, y una lista de tesoros enterados.

Su origen

¿Quiénes colectaron o redactaron estos escritos? Aunque algunos han pensado que pudieron haber sido un grupo de los saduceos (Mat 3:7), un grupo de judíos de Jerusalén[4] o incluso un grupo de cristianos, la mayoría de los estudiosos de este tema creen que fue un grupo de esenios. Estos últimos presentan la mayor probabilidad, aunque se debe notar que los textos presentan una enorme variedad de colores teológicos. Los textos que son llamados sectarios, hablan de un grupo de los electos, hijos de la luz, seguidores del buen maestro, son probablemente de los esenios, aunque los esenios vivían a lo largo de toda palestina.[5, 6] A pesar de estas opciones, sería más sabio no casarse con una de estas opciones, ya que la vida religiosa nunca es tan rígida y esquematizada como los historiadores quisieran.[7]

Revise las ruinas de Qumrán a través de Street View de Google.

¿Qué tienen que ver con la Biblia?

¡Mucho! En primer lugar son la evidencia más antigua y más grande de los escritos de la Biblia que se conocen hoy en día. Por ejemplo el gran rollo de Isaías data del siglo II a.C. y es en casi idéntico al que se tiene en la Biblia Hebrea (Texto Masorético, códice Leningradense, 1008 d.C.). Es decir, por más de 1.200 años se mantuvo la práctica fidedigna en sobremanera de copiar los textos. Sí hay una gran cantidad de variantes, pero admitiendo los 1.200 años y sus 66 capítulos se vuelven más bien detalles interesantes.

En segundo lugar, se puede notar una gran similitud entre los textos sectarios de este grupo sean esenios u otro grupo, con el Nuevo Testamento. La guerra espiritual (Efe 6:12), el maestro de la justicia (Luc 9:33), la yahad o grupo seleccionado (remanente?) (Mar 4:11; Rom 11:5), los hijos de la luz y de las tinieblas (Jn 8:12), Melquisedec siendo más que humano (Heb 7), el ritual del bautismo y la mesa compartida (santa cena) con los 12 (apóstoles), etc. Estas similitudes han revolucionado los estudios del NT a considerar a la iglesia cristiana con raíces mucho más judías de lo que se había considerado.[8]

Por último es importante que este grupo compartía algunas características muy esenciales con los primeros cristianos representados en el NT. a) La espera de uno o varios Mesías, b) la separación de judíos y los elegidos (yahad/congregación), c) una renovación de este grupo, d) un reinado eterno, e) la contra a los fariseos que eran la mayoría de los líderes religiosos en tiempos de Jesús. Todo esto hace muy obvio que los rollos del Mar Muerto o de Qumrán tienen mucho significado al estudiar qué quiso decir Jesús a sus seguidores en su momento.[8]

Del manuscrito a la Biblia.

¿Cómo debemos utilizarlos como cristianos?

Como cristianos que entendemos los textos bíblicos como la Palabra de Dios deberíamos hacer lo siguiente con estos manuscritos:[9]

  1. Celebrar este encuentro que nos ayuda a entender mejor a nuestro Señor y Salvador Jesucristo en su propio contexto.
  2. Al ver que el NT y los textos no bíblicos comparten varias ideas, debemos leerlos para abrirnos una ventana a las creencias compartidas entre las personas de la cultura de Jesús y sus primeros discípulos.
  3. Estudiarlos nos explicará algunos textos difíciles de entender de nuestra Biblia.
  4. Al leerlos notaremos similitudes, pero también diferencias. Aquí un ejemplo.
  5. De esta manera salvaremos a la Biblia a llegar a ser un libro inalcanzable desde nuestra cultura, al dejarla ser la voz de Dios en medio de su propio desierto.
  6. No debemos tener miedo en decir que el NT pudo haber «copiado» algo de estos textos. Lo que demostraría esto es que los dos grupos salen de una creencia similar y muy judía (AT). Todo predicador utiliza elementos culturales para transmitir su mensaje a su audiencia, y así lo hizo un predicador judío en 30 d.C. en Judea, llamado Jesús.

Conclusión

Los rollos de Qumrán son el mayor encuentro de textos bíblicos en toda la historia moderna. Es una de las más ricas fuentes de estudios sobre la situación contextual de los tiempos de Jesús. El uso de estos manuscritos es muy importante para entender especialmente la retórica del Nuevo Testamento, con un énfasis en los cuatro evangelios que ocurren muy cerca de estas comunidades de Qumrán. Compartimos como cristianos con la comunidad en Qumrán la espera de un Mesías de Dios que reinaría por la eternidad.


Mientras que las creencias de Qumrán esperaba a otro Mesías, como Cristianos creemos que ya ha llegado y fue Jesús de Nazareth, hijo de María y José, engendrado por el Espíritu de Dios, que fue crucificado y resucitado al tercer día.



Bibliografía

[1] Fields, Weston. Los Rollos del Mar Muerto: Una Historia Breve. Leiden, Holanda: Brill, 2008. Págs 73-74.

[2] Flint, Peter W. The Dead Sea Scrolls. Nashville, TN, EE.UU.: Abingdon, 2013. Pág. xx.

[3] Wise, Michael O., Martin G. Abegg, & Edward M. Cook. The Dead Sea Scrolls: A New Translation. San Francisco, CA, EE. UU.: Harper Collins, 1996. Págs. 9-13.

[4] Hirschfeld, Yizhar. Qumran in Context: Reassessing the Archaeological Evidence. Peabody, MA, EE.UU.: Hendrickson, 2004. Pág. 230.

[5] VanderKam, James, & Peter Flint. The Meaning of the Dead Sea Scrolls: Their Significance For Understanding the Bible, Judaism, Jesus, and Christianity. New York, NY, EE.UU.: T&T Clark, 2002. Pág. 254.

[6] Me refiero al área en disputa actual entre israelíes y palestinos que en aquel tiempo era una provincia griega (330-215 a.C.) seleucida (215-110 a.C.), hasmonea (110-63 a.C.) y luego romana (63 a.C. hasta el siglo III d.C.).

[7] Collins, John J. Scriptures and Sectarianism. WUNT 332. Tübingen, Alemania: Mohr Siebeck, 2014. Págs. 163.

[8] VanderKam, James C. “The Dead Sea Scrolls and Chrsitianity.” En Understanding the Dead Sea Scrolls, editado por Hershel Shanks, 181–202. New York, NY, EE.UU.: Random House, 1992. Págs. 184-192, 196-202.

[9] Adaptado de Flint, Peter W. The Dead Sea Scrolls. Nashville, TN, EE.UU.: Abingdon, 2013. Págs. 183-184; Longman, Tremper. Fictional Akkadian Autobiography: A Generic and Comparative Study. Winona Lake, IN, EE.UU.: Eisenbrauns, 1991. Págs. 34-36.

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