Para muchos latinoamericanos será conocida la música del grupo llamado Los Tulipanes. Esta banda musical de Argentina tuvo una canción muy curiosa que ha marcado los hits en el cono sur del continente. Esta canción si titula «Ángel» y la lírica trata la temática del placer en la vida actual como superior a lo que se espera en el más allá. El coro de la canción cita como sigue:
Porque en el cielo no hay
Vino y cerveza
No hay milanesa
No hay pizza y café
Porque en el cielo no hay
Plantitas verdes
No hay tortas fritas
No hay coca y fernet
La canción la canta una persona que ha muerto y en el cielo Moisés le habría dicho que «En el cielo no existe el placer.» A lo que esta persona da un consejo a los que quedaron atrás: que se debe buscar el placer aquí en la tierra y tratar de no morir, por que el cielo no ofrecerá placer.
En lo que sigue quisiera explicar lo que la Biblia y las creencias de sus autores tienen que argumentar en cuanto a esta llamada de atención. Podemos notar que la canción cita tres elementos: bebidas, comidas y placer. Estos guiarán la discusión. Concluiré que Los Tulipanes parecen no haber leído la Biblia, no han conocido lo que esta expresa acerca del cielo y el más allá, o hablan de otro cielo. Quizá deberíamos invitarlos a leer lo que realmente se espera en el cielo.
Las bebidas
La bebida celestial ha sido fermentada desde los textos Sumerios más antiguos como también en la Biblia. Un ejemplo es Enkidu, el amigo especial de Gilgamesh, quien es recordado que podría tomarse unos siete tarros de cerveza sin efectos perjudiciales.[1] En la Biblia, uno de los ingredientes de los sacrificios diarios para Dios era el así llamado šēkār, que puede ser vino, cerveza o alguna bebida fermentada (Núm 28:7). El profeta Isaías reclama que el pueblo de Dios ofrezca esta bebida fermentada (cerveza o licor) a otros dioses, olvidándose de su Dios (Isa 65:11)!
Sin embargo, queda por resolver la pregunta si en el cielo habrá vino y cerveza. El Antiguo Testamento parece asumir que la bebida fermentada, no es nada impuro y que a Dios le guste, ya que se encuentra en los sacrificios diarios. El Nuevo Testamento es más claro al respecto. Jesús promete que esperará de tomar el vino nuevamente hasta que estaremos con él en el reino de Dios (Mar 14:25). Es decir, pareciera ser que vino y tal vez la cerveza sean parte de lo que se servirá en el cielo.
Claramente la Biblia habla claramente de las malas consecuencias de las bebidas fermentadas, pero pareciera ser que en el cielo sí habrá vino y cerveza. No es por nada que una de las imágenes más utilizadas en la Biblia es la vid y su producto. El pueblo de Dios debe producir uvas para un buen vino (Jer 2:21; 6:9; 8:3). El primer milagro de Jesús fue hacer vino (Jn 2:7-9). Y Dios prepara un banquete con vino para los suyos (Isa 25:6; 55:1; Joel 3:18; Sal 23:5-6; Mat 26:29; Luc 22:18).
Las comidas
¿Qué hay de la comida? La visión del difunto de los Tulipanes afirma que en el cielo no hay milanesa, pizza, ni tortas fritas. Una pregunta que podría ayudar en resolver esta cuestión es la pregunta: ¿Qué come Dios?
En la historia del diluvio de parte de los babilonios, la Épica de Guilgamesh, el diluvio sucede por una decisión iracunda en el panteón de los dioses. Pero al no tener más humanos que preparen los sacrificios, los dioses se quedaron hambrientos.[2] El Dios de la Biblia no depende de los sacrificios de parte de los humanos, pero pareciera que al menos comparte cierto alimento. Dos ejemplos del AT bastarán para aclararlo:
En Génesis 18:1-8, Abraham tiene una visita de tres hombres que representan una «aparición del Señor» (Gén 18:1). Abraham y Sara preparan una comida para esta visita que consta de carne de becerro, panes, cuajada y leche. No sabemos si se preparó la carne en forma de milanesa, pero se puede notar que a Dios le gusta la carne vacuna, y el pan con lo que podría ser una clase de queso (cuajada). A esto la pizza no está del todo lejos. El texto termina diciendo que Abraham «estuvo atento a servirles mientras ellos comían debajo del árbol. Al terminar de comer» (Gén 18:8-9) siguió el diálogo.
La comida espiritual
Es cierto que hay algunos pasajes en la Biblia que parecen indicar que hay una clara diferencia entre la comida terrenal y la celestial (ej. Deut. 8:3; Jueces 13:15-16; Sal 78:24-25; 1 Cor 10:3). Por ejemplo, el maná era considerado alimento celestial como lo explica el Salmo 77:24-25, «hizo llover sobre ellos maná para comer, … pan de ángeles comió el hombre.» Sin embargo, Pablo explica que todos que «comieron el mismo alimento espiritual…y bebieron la misma bebida espiritual…quedaron tendidos en el desierto» (1 Cor 10:3-5).
Pero según Pablo el alimento espiritual no puede dar la vida eterna, sin que uno se abstenga de participar en «la copa de los demonios … y la mesa de los demonios» (1 Cor 10:21). Se podría pensar que esto se refiere a la comida terrenal en contraste con la espiritual. Contrariamente a esto, Pablo en los versículos siguientes indica al cristiano «comed de todo lo que se vende en la carnicería» (1 Cor 10:25). Lo importante para él es participar de la copa de bendición, que es la sangre de Cristo y la partición del pan, que es el cuerpo de Cristo.
El banquete celestial
Si los cristianos están llamados de comer y beber este alimento espiritual, ¿Qué será que habrá en la presencia de Dios? A esto nos llama la atención el profeta Isaías:
Sobre este monte, el Señor Todopoderoso
preparará para todos los pueblos
un banquete de manjares especiales,
un banquete de vinos añejos,
de manjares especiales y de selectos vinos añejos.
Devorará a la muerte para siempre…
Isa 25:6-8 (NVI)
El festín será espléndido. Realmente no entiendo como los Tulipanes podrían haber escuchado a Moisés decir que en el cielo no habrá fiesta y placer. El profeta Isaías enlista unos cuántos oráculos en contra de los diferentes enemigos del pueblo de Dios, hasta llegar al juicio general. La finalización es este banquete, en el que todos los pueblos «prueben y vean que el Señor es bueno» (Sal 34:8). Dios mismo devorará a la muerte y dejará que los suyos disfruten de los mejores manjares y los más selectos vinos añejos.
El placer
¿Y qué hay del placer en el cielo? En primer lugar, la promesa es una paz completa: «El lobo morará con el cordero, … el niño de pecho jugará junto a la cueva de la cobra« (Isa 11:6-8). Mientras que el consejo de los Tulipanes es cuidar la vida terrenal y disfrutar de los placeres de ella, Isaías apunta a un gozo mucho mayor en el más allá, cuando explica:
Venid, comprad vino y leche
sin dinero y sin costo alguno…
Porque con alegría saldréis,
y con paz seréis conducidos;
los montes y las colinas prorrumpirán
en gritos de júbilo delante de vosotros,
y todos los árboles del campo batirán palmas.
Isa 55:1, 12
Pareciera ser lo que Isaías describe es de alguna manera similar a lo que los Tulipanes apuntan, cuando cantan de lo que buscan. Vino gratis, salidas con alegría, gritos de júbilo, incluso las palmas serán batidas. No sabemos si el ritmo de las palmas será otro, pero nos podemos hacer la imagen de una gran fiesta. ¿Será que habrá una cumbia celestial en esta imagen?
El gozo y un nuevo Edén
Lo que espera al fiel a Dios en el más allá es una vida eterna. Una imagen de esto encontramos en la parábola de los talentos, donde la conclusión es la invitación del Señor que dice a su siervo fiel: «entra en el gozo de tu Señor» (Mat 25:21, 23). En la visión de Juan escuchamos que allí «Él [Dios] enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor« (Apo 21:4). La presencia de Dios estará en medio de ellos (Apo 21:3).
Las imágenes con los que se describe la realidad prometida por el Señor está llena de elementos del Jardín del Edén. Entre ellas, el árbol de la vida, el río que sale del trono de dios, y la eliminación de la maldición (Apo 22:1-3). Todo apunta a un gozo edénico en el cual la condición prístina del humano ha de ser restaurada.
Conclusión
Habiendo analizado la idea de la canción «Ángel» de la banda de los Tulipanes, pareciera ser que el placer sí existe en el cielo. Entre manjares, que muy probablemente constarán de carne y tortas (quizá fritas), frutas de vida, vino y quizá cerveza, sonará lo que se podría imaginar como una fiesta celestial. Obviamente los Tulipanes no conocieron la Biblia o hablaron de otro cielo. ¡Mantengámonos fiel a la palabra del Señor, Él cuidará de nuestra vida y nos dará la vida eterna!
Por que en el cielo SÍ hay vino y cerveza, probablemente milanesa y pizza. Hasta plantitas verdes se encuentran como hojas de sanidad en el árbol de la vida (Apo 22:2). De lo que no se puede encontrar evidencias, por lo menos en la Biblia, es que habrá coca y café. Pero es difícil imaginarse que alguien piense en esto delante de tantos manjares y vinos seleccionados. ¡Qué vida nos promete el Señor! ¡Qué gozo espera a los que le siguen!
Bibliografía
[1] Van der Toorn, Karel. “God.” Dictionary of Deities and Demons in the Bible, págs. 352–65, en esp. 358-359.
[2] Walton, John H., and Tremper Longman. The Lost World of the Flood: Mythology, Theology, and the Deluge Debate. Downers Grove, IL, EE.UU.: InterVarsity, 2018, pág. 58.