¿Es la lepra la enfermedad del diablo?

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Existe una distensión entre lo que se suele entender por «lepra» en la Biblia y lo que se identifica como «lepra» en una persona hoy en día.

Debo reconocer que el trabajo de grado del estudiante Joel Zelaya, de la facultad de teología de la UEP, me ha inspirado y recordado de la gran importancia que tiene nuestra interpretación bíblica para nuestro diario vivir. Especialmente en este tema: Si la Enfermedad de Hansen es la enfermedad de la Biblia, quizá sería una enfermedad enviada por el diablo. Pero si la enfermedad actual y la de la Biblia, no tienen nada que ver la una con la otra, entonces la respuesta a la pregunta inicial sería un rotundo NO. Es decir la Enfermedad de Hansen no sería una enfermedad del diablo.

Se debe distinguir entre 3 conceptos diferentes:

  1. El צָרַעַת (Tsaraʿat), una enfermedad del Antiguo Testamento.
  2. La λεπρα (lepra) de la LXX y del Nuevo Testamento.
  3. Enfermedad de Hansen (EdH), la enfermedad que se conoce hoy en día como lepra. (cuando se utiliza el término «lepra» no es necesariamente la EdH, sino el concepto de la enfermedad encontrada en la LXX y el NT)

Diagnóstico, según el International Textbook of Leprosy:

Muñeco con la Enfermedad de Hansen, en un museo en Münster.
Foto: Klaus Henning.

Al analizar los diferentes síntomas que el sacerdote debía chequear en Levíticos 13-14 (NVI) se pueden observar los siguientes indicios:

Las piernas de un enfermo de EdH en estado severo, sin posibilidad de mejora. Esto no puede volverse blanco.

Una de las diferencias claras es el color más resaltante: En la Enfermedad de Hansen suele ser rojizo y en el Tsaraʿat suele ser blanco (aunque puede aparecer también rojiza [Lev. 13:42-44]). La siguiente diferencia es la inflamación de la EdH (que también pueda ser encontrada en Tsaraʿat), pero queda claro que el hundimiento es el síntoma preciso para que el sacerdote detecte Tsaraʿat. El factor determinante de la EdH es la pérdida de sensibilidad en la zona afectada. Si esto fuere algo que ocurriese en el AT, sería lo más fácil de detectar para el sacerdote, que no era médico. En la EdH se debe reaccionar rápidamente, antes de perder la tan valiosa sensibilidad. Mientras que con Tsaraʿat se debe esperar y ver que pasa. La EdH toma años en desarrollarse y no hubieran sido útiles los 7 días para efectuar un diagnóstico más acertado. Cuando se desarrolla la enfermedad completamente de la EdH, la piel queda sequa y de un color oscuro, sin poder mejorar la situación (ver imagen). En cambio con Tsaraʿat del AT, parece que el cubrimiento de toda la piel con tal enfermedad es el fin de la enfermedad. Interesantemente dice Lev. 13:13:


Entonces el sacerdote mirará, y he aquí, si el Tsaraʿatha cubierto todo su cuerpo, declarará limpio al que tenía la infección; se ha vuelto toda blanca y él es limpio.

Lev. 13:13 LBLA


Se puede comparar el ejemplo más claro en el AT, que es Miriam, la hermana de Moisés, enfermándose de Tsaraʿat por haber hablado mal de su hermano Moisés. Los síntomas aclararán que muy probablemente NO se trate de la Enfermedad de Hansen. Miriam se volvió enferma como la nieve. Nahum Sarna (The JPS Torah Commentary: Exodus, pág. 21) explica que la comparación es de las escamas y no de la blancura. Pero fue totalmente claro que fue Tsaraʿat, porque Aarón pudo verlo al instante que era Tsaraʿat.


‎ Entonces la ira del SEÑOR se encendió contra ellos, y el SEÑOR se marchó. Tan pronto como la nube se apartó de la Tienda, a Miriam se מְצֹרַעַת (metsoraʿat) como la nieve (no dice blanco). Cuando Aarón se volvió hacia ella, vio que tenía צָרַעַת (Tsaraʿat).

Números 12:9-10


Es interesante que International Textbook of Leprosy no menciona en ninguna parte que hay escamas en la EdH. El diagnóstico «tan obvio» para Tsaraʿat parece volverse obsoleto para la EdH. Además de los síntomas diferenciados, a lo largo de la historia se han empleado el aislamiento de enfermos de la EdH. Principalmente para evitar el contagio con otras personas. En el AT, con el Tsaraʿat, el aislamiento no es en primer lugar para evitar el contagio, aunque quizá haya sido un segundo motivo. Pero la razón principal en Lev. 13:11 es el hacer entender a la gente sana a que una persona está enferma.


El sacerdote declarará impura a tal persona. Pero no hará falta aislarla otra vez, porque ya se sabe que es impura.

Lev. 13: 11


En síntesis, lo que parece indicar todo esto es que el צָרַעַת (Tsaraʿat) que encontramos en el Antiguo Testamento, NO es la Enfermedad de Hansen de hoy en día. El diagnóstico es muy diferente, los síntomas no concuerdan, ni la manera de esperar un mejoramiento en el estado de la persona. Nahum Sarna concluye como sigue:


Tsaraʿat, comúnmente mal traducido como lepra, no tiene ninguna de los mayores síntomas de la enfermedad (EdH), y la descripción de Tsaraʿat dada en Levítico 13-14 son incompatibles con la Enfermedad de Hansen.

Nahum Sarna en «The JPS Torah Commentary: Exodus«, pág. 21


De la misma manera lo concluye la Enciclopedia Judaica: «De hecho, la descripción bíblica de Tsaraʿat no incluye la enfermedad de Hansen.» Hasta aquí he comparado Tsaraʿat con la Enfermedad de Hansen, pero ahora analizaré como la LXX (la Septuaginta el Antiguo Testamento traducido al griego) y el NT han dado pie al uso de la palabra y asociación de «lepra» con la EdH.

¿Cómo ha llegado la palabra «lepra» a nuestros día, y a ser asociada con la Enfermedad de Hansen?

Diagrama de conceptos relacionados con «lepra». El Tsaraʿat no tiene nada que ver con la EdH.

Cuando se tradujo el Antiguo Testamento al griego (aprox. 280 – 100 a.C.), se utilizó una palabra conocida del griego para traducir צָרַעַת (Tsaraʿat). Esta palabra griega λεπρα (lepra) no es una sola enfermedad. Es un conjunto de enfermedades de la piel. Wytton T. Davies, ya en los 1890 ha mostrado el mismo punto que otros ya habían mencionado ya en 1669 (como Matthew Poole), que Tsaraʿat, no tiene nada que ver con la Enfermedad de Hansen. Lo que hoy en día se conoce como Enfermedad de Hansen, y mal llamada «lepra», era conocido en griego ya por Hipócrates como Elefantiasis, lo que hoy se entiende por una enfermedad de un agudo agrandamiento de volumen de las extremidades, causada por parásitos. Hipócrates (en Aforismos 3.20) menciona las enfermedades de la primavera, entre las que cita también «lepras (λέπραι)», en plural. Además de haber escrito mucho sobre las enfermedades, interesantemente en su obra «Epidemias» no aparece nada sobre «lepras» o que algunas vez se haya considerado una epidemia o una enfermedad contagiosa. Es como si se hubiera traducido Tsaraʿat con la palabra «enfermedad«. La palabra «enfermedad» es muy abarcativa, y Tsaraʿat claramente encajaría, pero todos los que sufrimos una gripe llegaríamos a sufrir las consecuencias del Tsaraʿat.

Las traducciones de la Septuaginta, han entonces llevado un término muy específico como Tsaraʿat, y lo han traducido con un palabra que contiene un gran rango de enfermedades de piel. La misma palabra en el español «lepra» es una transliteración del latín (leprae) de la Biblia Vulgata, que lo ha tomado del griego a su vez (λεπρα). La Vulgata ha añadido la palabra «plaga» a «leprae«. En latín significa golpe o herida (Diccionario Latino-Español, pág. 640), pero como se ha llevado el concepto a otros idiomas com plaga en castellano, se había complicado el concepto. Esta idea se ha esparcido y ha creado un miedo a una plaga (rae.es) de la enfermedad, que a su vez a fortalecido la exclusión de personas con esta enfermedad. El médico italiano Brunelli ya había explicado el problema que hoy seguimos teniendo con la Enfermedad de Hansen:


L’opinione era contagiosa, e non la malattia. (La opinión era contagiosa, y no la enfermedad)

Brunelli (doctor e investigador sobre la EdH)


Los griegos tenían otra nomenclatura para la enfermedad que aparece en el AT como Tsaraʿat, que era Elefantiasis. La Elefantiasis era una enfermedad que hacía la piel blanca y como si tuviera escamas. Cabe exactamente en la descripción del Tsaraʿat, pero no tiene nada que ver con la EdH. Que el Nuevo Testamento utiliza «lepra» en vez de Elefantiasis, tiene que ver con que los autores conocían mejor la Biblia griega (Septuaginta) que la hebrea. Como ya había una nomenclatura, hubiera sido demasiado difícil para cambiarla en las mentes de las personas.

Tsaraʿat en el Nuevo Testamento

En el Nuevo Testament la palabra lepra aparece como adjetivo (leproso/a) y solo 4 veces como sustantivo (lepra). En todas las instancias los «leprosos» (no EdH) son limpiados, mientras los enfermos son sanados. El NT nunca narra que Jesús SANÓ a un leproso, sino que los limpiaba. Estos son todos los versículos donde aparece «la lepra» o alguien «leproso» en el NT: Mt. 8:2, 3; 10:8; 11:5; 26:6; Mr. 1:40, 42; 14:3; Lc. 4:27; 5:12-13; 7:22; 17:12. Lo importante en TODAS las ocaciones en el NT es la limpieza ritual para que puedan volver a adorar con el pueblo de Dios. En 2 instancias Jesús explica su ministerio o manda a sus discípulos a hacer lo mismo, y diferencia claramente entre «enfermos» y «leprosos»:


Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. Los ciegos reciben la vista y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio

Mateo 10:8


Y respondiendo El [Jesús], les dijo: Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos reciben la vista, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio.

Lucas 7:22 (comp. Mateo 11:5)


“Jesús sanando a un leproso” del manuscrito copto de Walters, 1684. Se puede notar como las manchas son rojas de la EdH y no del Tsaraʿat bíblico.

Claramente los leprosos se diferencian de los enfermos. Las acciones de Jesús hacia los leprosos, demuestran una inclusión hacia los excluidos de la adoración del pueblo de Dios. Junto con los otros que tienen defectos físicos o sociales, los leprosos son invitados a participar del nuevo pueblo de Dios. Que las personas con defectos físicos no podían participar del banquete mesiánico lo he tratado en otro artículo. Quizá por eso Simón el leproso (seguramente sanado) le invitó a Jesús para que comiera con él (Mt. 26:6-13; Mr. 14:3-9).

¿Cómo podemos saber si para Jesús la lepra era Tsaraʿat o λεπρα? Si se analiza los pasos que indica Jesús a las víctimas sanadas de esta enfermedad, se puede notar que él los indica los mismos pasos que una persona curada de Tsaraʿat debía seguir (Mt. 8:4; Mr. 1:44; Lc. 5:14; 17:14). Si esto es así, toda la «lepra» que aparece en el Nuevo Testamento queda abarcada por el mismo término que utiliza el Tsaraʿat.

Por lo tanto, si la «lepra» en la Biblia es netamente Tsaraʿat, y el Tsaraʿat no tiene nada que ver con la Enfermedad de Hansen, entonces se debe asumir que toda vez que aparezca la palabra «lepra» en la Biblia, no se puede asociar ninguna vez con lo que hoy en día llamamos «lepra» siendo la EdH.

¿Qué otras cosas son «limpiadas» (καθαρίζω) en el NT? Aparte de los que sufrían el Tsaraʿat, lo único que fue «limpiado» fueron los alimentos por Jesús (Mr. 7:19), los platos y vasos de los fariseos (Mt. 23:25), y luego sólo las personas que ahora pueden ser parte del pueblo de Dios (gentiles). En Hechos, viene una voz (quizá de Dios mismo) diciendo «lo que Dios ha considerado limpio, no lo consideren impuro» (Hch 10:15). ¡Esto queda como un llamado a la iglesia, de no considerar impuro lo que Dios ha considerado limpio!

Tsaraʿat en el AT es casi como un castigo por murmurar en contra de los líderes. En el NT, era una marca que no te dejaba adorar con el pueblo de Dios. Sólo Dios o Jesús podían limpiar estas personas. El sabor a esta maldición ha quedado registrado en los diferentes supersticiones que los judíos a lo largo de la historia. Se han elaborado varias leyendas en relación con Tsaraʿat. Existen varias formas supersticiosas (para nada bíblico) que han quedado culturalmente. Algunos rabíes decían que se podía concebir Tsaraʿat al comer pescado, o cerdo. Una idea llegó tan lejos como que al tener relaciones sexuales con la esposa mientras que ella esté en tiempo de su menstruación, el hijo que nacería llegaría a tener Tsaraʿat a los diez años si es que fue durante el primer día de la menstruación, a los 30 si fue en el tercero, y así sucesivamente. Pero en ningún caso es la Enfermedad de Hansen.

Según Davis, una de las teorías que explican la idea casi universal acerca de la confusión entre estas nomenclaturas es que durante las Cruzadas algunos médicos árabes tenían 2 nombres para las dos «enfermedades» en cuestión. La bíblica Tsaraʿat que la llamaban Baratz y la antigua Elefantiasis que la llamaban Judham (de jadham = mutilar). En Palestina, en aquel tiempo, se había esparcido la Elefantiasis antigua (EdH), y por equivocación le habían llamado Baratz lo que sería Tsaraʿat y no la Elefantiasis antigua (EdH). Esto hizo entender a los soldados europeos, habiendo llegado a Palestina de toda Europa, que lo que veían era Tsaraʿat. Al volver ellos a Europa, no solo llevaron el concepto equivocado consigo, sino también la Enfermedad de Hansen.

Enfermos de EdH en Paraguay, totalmente contrarios a los síntomas de Tsaraʿat. Sacado de «Hospital Mennonita Km 81: Amor en Acción» por Ratzlaff, 2010.

Separar las dos ideas tomará mucho tiempo, ya que en hebreo moderno se traduce «lepra» como Tsaraʿat. Un ejemplo se puede ver en la página de Wikipedia acerca de «lepra» y se busca la página en hebreo, y queda titulada צרעת (tsrʿt), aunque debería ser Enfermedad de Hansen y no Tsaraʿat.

Concluyendo se puede decir que la «lepra» que hoy en día se conoce, es la Enfermedad de Hansen y no Tsaraʿat, y por lo tanto no tiene ninguna conexión religiosa, no es más del diablo que la gripe. Pero ha sido llevado un bagaje de estigma que han matado corazones de muchas personas.

Esto es un estudio literario de acuerdo a las fuentes identificadas. No soy médico, y no sería mala idea en preguntar a un médico acerca de la historia de las nomenclaturas de las enfermedades. Pero el estudio va como parte de mi tradición religiosa menonita que ha tenido ya por más de 65 años el Hospital Menonita Km 81, para ayudar a personas que sufren de la Enfermedad de Hansen.


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