El Himno en Col 1:15-20

5 min.
Muerte en la cruz: el mundo desgarrado. Pintado por Adolfo Pérez Esquivel

Es interesante que existe mucha evidencia que la adoración de los gentiles era con mucha música, pero casi no tenemos evidencia que en la sinagoga judía se hayan cantado o entonado himnos o salmos. Aunque los cristianos han seguido la forma y el contenido de adoración de los judíos, han insertado la música de sus propias culturas para alabar a Dios y por sobre todo a Cristo, el Mesías de Dios.

En la carta de Pablo a los Colosenses encontramos una sección que hemos definido como una sección lírica bien marcada. (ver blog anterior) Esta forma de redactar se reconoce porque en todas las cartas Pablo dirije sus palabras a los supuestos lectores. Pero en secciones como Col 1:15-20, él no utiliza ni la primera persona (yo o nosotros), ni la segunda persona (tu o ustedes/vosotros), sino esta sección no es por nada personal y está escrita en su totalidad en la tercera persona (él). Hay muchos estudios sobre la métrica que intentan definir las estrofas. James Robinson, ya en el 1967, cita una variedad de estudios acerca de este himno, en su artículo «A Formal Analysis of Colossians 1:15-20«. Ernst Käsemann lo había llamado una liturgia de bautismo, y Martin Dibelius una confesión. Pero aquí se tratará el contenido, más que la forma, aunque estos siempre están interdependientes.


Las partes notables del himno sobre el Cristo son los siguientes:

En primer lugar, Jesús es la Imagen del Dios invisible (1:15a). En griego la palabra para imagen es εικον, y signifiga ícono. Es como un ícono en la computadora. El ícono te lleva directamente al programa verdadero. Aunque nuestra analogía con el ícono informático se rompe, porque si se borra el ícono no necesariamente cambia el programa. Pero matar a Jesús era directamente hacer guerra contra Dios. El himnos recuerda a los cristianos que es Cristo a quien debemos mirar para poder entender cómo reflejar a nuestro Dios creador que no vemos.

En segundo lugar, Jesús es el primogénito (1:15b). Es necesario aclarar que aquí Pablo no está hablando de la cronología de nacimientos de los hijos de Dios. La palabra primogénito, normalmente en el NT, conlleva más bien la idea como en el guaraní, tendotá. Jesús es el conductor, el líder, el que recibe el mando. De que Jesús sea el primero cronológicamente lo explica el v. 17.

Tercero, según la tradición judía, la sabiduría de Dios es el instrumento a través del cual todo el mundo está creado tan ordenadamente y totalmente funcional. Proverbios 8:22-23 dice:


El SEÑOR me [la sabiduría] poseyó al principio de su camino, antes de sus obras de tiempos pasados. Desde la eternidad fui establecida, desde el principio, desde los orígenes de la tierra.

Proverbios 8:22-23


Para Pablo, Jesús toma el lugar de “Sabiduría” que estaba en el pensar judío y es el agente de Dios para la creación y la redención. (ver también Sabiduría 9:9-10, 17-18) Jesús sobrepasa a la sabiduría y es elevado por encima de todo.

En cuarto lugar, Jesús es la cabeza del cuerpo (1:18). Interesante es que nuesta mente automáticamente asimila la cronología al escuchar primogénito, como también a la autoridad y control al escuchar cabeza. Es más bien una metáfora, porque nadie en el mundo cree que Jesús no tiene manos. No es una cabeza literal, sino que como en nuestra lírica la cabeza es una imagen expositiva de un mensaje teológico. En este caso, cabeza tiende a significar más bien la fuente del cuerpo. La metáfora de cabeza en griego suele significar fuente de vida, en vez de autoridad. Obviamente no es que el Cristo no tenga autoridad, pero como toma el lugar de la sabiduría, ella era la fuente de vida en la literatura sapiencial (ver Prov 8:35) y Cristo toma este lugar. En síntesis:

Por último, el himno termina con el climax, enfatizando a Cristo y la cruz en el punto central (1:20). Esto es una característica que es parte de la centralidad del cristianismo primitivo: Cristo y la cruz. Dos palabras que han dado sentido al discipulado en medio de la cruel persecución.


“El himno de Colosenses, al conmemorar a Cristo, ofrece un retrato de la realidad última que habilitaría a sus lectores a vivir su vida en el reino del Hijo amado.”

Michael Heiser


 

Lo que se puede aprender acerca de la adoración de la iglesia naciente es lo siguente:

  1. La iglesia era claramente Cristocéntrica!
  2. Invitaba a participantes a aceptar una manera particular de ver la realidad centrada en los eventos acerca de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús. Es decir, todo se debía analizar de una nueva manera, a través del anteojo de la obra y vida de Jesús.
  3. La iglesia estaba arraigada en la concepción judía de Dios y no la gnóstica u otra índole.
  4. Utilizaba de buena manera las escrituras y creativamente hacía su exégesis para explicar lo nuevo que Dios había hecho.
  5. La idea de la adoración de la iglesia primitiva estaba cerca de la tradición de los salmos y literatura sapiencial.
  6. Apropiaba formas culturales del mundo Greco-Romano, al implementar imágenes de su contexto y su música.
  7. Era conciente de su contexto social y opresión hacia el pueblo de Dios.
  8. Ayudaba a los participantes durante la resistencia contra las creencias paganas, y ofrecía un aguante contra la opresión al pueblo de Dios.
  9. El lenguaje en imágenes y metáforas daba luz verde a las emociones al cantar y creaba un sentir de identidad como pueblo de Dios.

De esta manera el himno es una poesía elevada y profunda, que encaraba la cultura actual y se resistía a simples respuestas a preguntas urgentes.


Los últimos puntos son sacados de Matthew Gordley,  New Testament Christological Hymns.


Salir de la versión móvil