Seguramente ha visto o escuchado en alguna parte que cada uno de los cuatro evangelios del Nuevo Testamento es representado por un animal. Quizá lo ha visto en algunas imágenes en alguna iglesia.
¿Dónde surge?
Estos emblemas han representado a los cuatro evangelistas por mucho tiempo en la tradición cristiana. Esto surge de una argumentación de Ireneo, un padre de la iglesia que nació en Esmirna (ca. 140 d.C.) y falleció en la ciudad de Lyon (ca. 202 d.C.). En un tratado llamado Contra los Herejes, publicado apox. en el año 180 d.C., Ireneo utiliza un argumento de estética y equilibrio para declarar que son necesarios los cuatro evangelios, pero que tampoco hay lugar para otros evangelios que contengan el evangelio de Jesucristo.
Apocalipsis capítulo 4, relata la visión del trono de Dios y que hay cuatro seres vivientes semejantes a: un león, un becerro, un hombre y un águila, pero todos con alas. Estos seres son los que el profeta Ezequiel había visto en una visión identificándolos con querubines (Ez 10:20). Al conectar estos querubines con el trono de Dios, Apocalipsis además conecta al trono de Dios al cordero quien es Jesús que está también en el trono (Apo 22:1-3). Por lo tanto, según Ireneo, los seres nos transmitieron el evangelio de Jesús a través de los cuatro evangelistas.[Ireneo, Contra los herejes, 2.2.5 [III.11.8]]
Habían cuatro seres vivientes, porque dividimos los hemisferios en cuatro secciones como también los vientos vienen de cuatro direcciones. Por lo tanto, para Ireneo, los cuatro seres eran como las cuatro columnas del mundo, en analogía con los cuatro evangelios que mantenían el evangelio completo. ¿Pero qué significaban los animales y porqué se juntaron con ciertos evangelios?
¿Cuál animal simboliza a cuál evangelio?
Para Ireneo era claro que estos seres (león, becerro, hombre y águila) representaban diferentes características de Jesús mismo. Lo más probable que se fijó en las metáforas utilizadas en el Antiguo Testamento para sacar las siguientes características
- León: dominador y rey (cf. León de Judá)
- Becerro: sacerdotal y sacrificial (cf. los sacrificios)
- Humano: el nacimiento de Jesús como humano (cf. hijo de hombre en Ez. 12:18)
- Águila: el Espíritu y la gracia (cf. Deut 32:11)
A partir de aquí faltó solamente la compaginación de cada evangelio a esta descripción. Para Ireneo, era claro de la manera que iniciaban los evangelios esa era su característica. Por lo tanto, Mateo fue considerado el humano, porque iniciaba con la genealogía humana de Jesús (Mat 1:1). Marcos era el águila porque iniciaba con el espíritu de la voz de los profetas (Mar 1:1-2). Lucas, por su lado fue considerado el becerro, porque inicia con Zacarías que estaba ofreciendo sacrificios a Dios (Luc 1:8-9). Finalmente, Juan era considerado como el León, ya que su inicio presentaba a un Jesús dominador y real (Jn 1:1).
Mateo | Humano |
Marcos | Águila |
Lucas | Becerro |
Juan | León |
Pero ¿qué cambió?
Aunque estos emblemas quedaron hasta hoy en día por los evangelistas, sí se cambiaron la relación entre animal y evangelio. Jerónimo (ca. 340-420 d.C.) cambió algo el orden de las relaciones entre animales y evangelistas. Su argumentación se dirigió a su contrario Joviniano, y queriendo resaltar lo importante que fue Juan, apóstol y evangelista, lo relacionó con a Juan con el águila y a Marcos con el león:
Mateo como si escribiera de un hombre comienza así: «El libro de la Generación de Jesucristo, el hijo de David, el hijo de Abraham»; Lucas comienza con el sacerdocio de Zacarías; Marcos con una profecía de los profetas Malaquías e Isaías. El primero tiene rostro de hombre, a causa del cuadro genealógico; el segundo, rostro de becerro, a causa del sacerdocio; el tercero, la cara de un león, a causa de la voz de uno que clama en el desierto, «Preparad el camino del Señor, enderezad sus veredas». Pero Juan, como un águila, se eleva en lo alto, y alcanza al Padre mismo.
Jerónimo, Contra Joviano 1.26
Mateo | Humano |
Marcos | |
Lucas | Becerro |
Juan |
Otras posibilidades antiguas
Mientras tanto, también Agustín de Hipona (354-430 d.C.) argumentó contra Ireneo, que no solo se debía ver los inicios de cada evangelios, sino a la narrativa completa. Por su lado, Agustín identificó a los evangelistas de la siguiente manera: A Mateo como el león, por la aparición de muchos reyes (Magos, Herodes, Rey de Judá); a Marcos como el humano, porque presentaba mucha la humanidad de Cristo; a Lucas lo describía como el becerro, por las varias ceremonias sacrificiales que contiene su evangelio; y a Juan como el águila, porque, según Agustín, mientras que los tres primers evangelios trataban de las cosas terrenales, Juan sobrevolaba todo con una perspectiva celestial.[Agustín, Concordancia de los evangelistas, I.6.8]
Mateo | |
Marcos | |
Lucas | Becerro |
Juan |
Frescos del Baptisterio en la Basílica de San Antonio en Padua, Italia, por Giusto de Menabuoi, en 1375-78. Jesús está en el centro del cielo raso, y en las cuatro esquinas están los cuatro evangelistas con sus respectivos emblemas debajo de ellos:
Mateo-humano; Marcos-león; Lucas-becerro; Juan-águila.
¿Cuál es la forma más popular?
La forma más popular no es la de Ireneo ni la de Agustín, sino la manera de interpretar de Jerónimo. Probablemente por hay sido originalmente instituida por Victorino de Petovio, en 300 d.C., en el comentario sobre Apocalipsis más antiguo que conocemos hasta el día de hoy. Jerónimo parece haber utilizado estas interpretaciones y finalmente fue la interpretación que mayormente se ha encontrado en el arte cristiano, ya sea en frescos, pinturas o en las Biblias mismas. La siguiente interpretación viene de Victorino, siendo la más popular:
Mateo | Humano | porque inicia con la genealogía |
Marcos | León | por «la voz que clama en el desierto» |
Lucas | Becerro | por los sacerdotes y los sacrificios |
Juan | Águila | porque habla de la Palabra de Dios |
A pesar de ello, algunos comentaristas más recientes, como por ejemplo el comentario bíblico preparado por Robert Jamieson, Andrew Robert Fausset y David Brown (Jamieson-Fausset-Brown, Apoc. 4) menciona que los padres identificaban los seres vivientes con los evangelios, pero luego el comentario presenta un orden diferente: Mateo el león, Marcos el buey, Lucas el hombre, Juan el águila. Aunque es difícil saber de dónde ha sacado la información este comentario, por la falta de referencias, varios comentarios populares han seguido esta explicación.
¿Y porqué tenemos cuatro Evangelios y no uno solo?
Esta pregunta es una que podría tener varias respuestas y no tenemos todos los datos históricos para determinar al 100% una única respuesta correcta. La cuestión ha sido interpretada desde los inicios del II siglo d.C. Ya Ireneo (ca. 140-202) tuvo que explicar a sus contrarios apoyando un único evangelio, que los cuatro son importantes y autoritario para la iglesia de Jesús. El argumento en contra de Ireneo ha sido simple, ¿por qué no se pusieron de acuerdo los cuatro evangelistas y redactaron un solo evangelio?
Este problema se ha determinado el problema sinóptico, en especial por los tres primeros evangelios (Mateo, Marcos y Lucas) que tienen una óptica sinónima. Los argumentos en defensa de la necesidad de los cuatro evangelios han sido numerosos, pero cabe mencionar dos puntos fundamentales a la problemática: 1) si es que los cuatro evangelistas se conocían, no pudieron o no quisieron llegar a un acuerdo; 2) si no se conocían, ¿por qué entonces son tan similares?
Dependiendo a cómo se ha respondido a estas dos preguntas que resumen la problemática, los caminos de las teorías se han desarrollados hasta llegar a muy diferentes resultados. Estos están explicados en el siguiente artículo.
Bibliografía
Agustín de Hipona. Concordancia de Los Evangelistas. Obras Completas. Madrid, España: Biblioteca de Autores Cristianos, s.f. http://www.augustinus.it/spagnolo/consenso_evangelisti/index2.htm.
Armstrong, Jonathan Joseph. “Victorinus of Pettau as the Author of the Canon Muratori.” Vigiliae Christianae 62.1 (2008): 1–34. https://doi.org/10.1163/157007208X255099.
Ireneo de Lyon. Contra Los Herejes. Edited by P. Carlos Ignacio González. Ciudad de México, México: Conferencia del Episcopado Mexicano, 2000.
Jamieson, Robert, Andrew Robert Fausset, and David Brown. Comentario Exegético y Explicativo de La Biblia: Tomo II, El Nuevo Testamento. Translated by Jaime C. Quarles, Lemuel C. Quarles, José M. Rodríguez, Juan B. Garaño, and Francisco Macías. 21st ed. El Paso, TX, EE.UU.: Casa Bautista, 2006.
Jerome. “Against Jovinianus,” s.d. Wikisource.
Victorino de Petovio. Comentario al Apocalipsis y Otros Escritos. Edited by J. Pascual Torró. Fuentes Patrísticas 20. Madrid, España: Ciudad Nueva, s.f. https://www.ciudadnueva.com/libro.php?id=19611.