La Parábola del Hijo Pródigo

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La parábola del Hijo pródigo es relatada en Lucas 15:11-32 y es una de las más largas en toda la Biblia. Aquí presentaré un resumen y su explicación.

La Parábola

El retorno del hijo pródigo, por Rembrandt en 1668. Foto: Google Cultural Institute

El hijo menor

Jesús dijo: Cierto hombre tenía dos hijos; el menor le pide a su padre, la parte de la hacienda que me corresponde. Al recibir su parte, este hijo menor yendo a un país lejano, malgastó todo lo que tenía. Al llegar una hambruna, ni le permitieron comer las algarrobas que eran para los cerdos que cuidaba. Volvió a lo de su padre, pensando que ahí le tratarían mejor siendo empleado, una vez que habría pedido perdón. Por su parte, el padre esperándolo, corrió hacia él abrazándole y besándole. Ni prestó oído a la petición de perdón, sino que mandó preparar una fiesta y traer la mejor ropa para su hijo diciendo: «este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.«


El hijo mayor

El hijo mayor, volviendo del campo escuchó la música y pidió informe a un trabajador. Al entender que la fiesta era por su hermano menor se enojó, no queriendo entrar. Cuando el padre salió a buscarlo, éste le expresó su frustración que nunca desobedeciendo a su padre, nunca recibió una festejo tal. Sin embargo, el hermano que había malgastado todo, es festejado. El Padre respondió que siempre estuvo con su hijo mayor y que todo lo suyo era también de él. Finalmente explica el padre: «Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.«


Explicación

En primer lugar, esta parábola se encuentra en medio del evangelio según Lucas, en el capítulo 15 de 24. Debemos recordar que el capítulo inicia con esta descripción de Jesús: «recaudadores de impuestos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle» (Lc 15:1). La reacción que sigue es una murmuración de fariseos y escribas (Lc 15:2).[1] Ante esta situación Jesús relata 3 parábolas acerca de lo perdido que es encontrado. Primero un hombre pierde una oveja, luego una mujer pierde una moneda (más acerca de los paralelos entre hombres y mujeres en Lucas, aquí). Subiendo la polémica, Jesús concluye con la pérdida de UN HIJO, como finalísima.

Teniendo en cuenta este contexto, podemos ver como el mensaje de la parábola gira entorno a la aceptación de los pecadores mientras que otros se frustran ante esta situación. Como el resumen lo muestra, la parábola se divide en dos partes, una acerca del hijo menor y la otra acerca del hijo mayor, pero el padre abarca todas las partes. Esto nos lleva a ver nuevamente una estructura de triángulo (más aquí).

Los lazos sociales

El hijo pródigo, por Peter Paul Rubens, en 1618. Foto: Museo Amberes

Las parábolas en general tratan de situaciones complejas entre personas. Se enfocan fuertemente en las personas en situaciones marginales.[2] Así también nuevamente tenemos una situación en la que, por culpa propia, el hijo menor se había metido. De la manera en que una pandemia puede tumbar cualquier situación financiera precaria, de la misma manera la hambruna lo empujó a esto joven judío a cuidar cerdos, unos animales impuros. No es por nada que Jesús tuvo que predicar el amor al prójimo, también entre los que se consideraban el pueblo de Dios.

El padre es el personaje en la historia que más sale de la expectativa cultural. Un hombre corriendo, besando a un hijo pecaminoso, saliendo a buscar a su hijo mayor, no era lo que la audiencia de Jesús esperaba. La expectativa, como Kenneth Bailey nos explica, era algo como lo siguiente: El hijo volvería a la sala donde cenaría el padre y hubiera ocasionado un silencio fúnebre. Se arrodillaría delante de su padre pidiéndole perdón a él y a su hermano mayor.[3] La comunidad lo tildaría como burlado al padre si es que le perdonara, ya que el plan del hijo menor parece haberle salido bien.

Como el libro de Rut, explica que una familia que había salido de la tierra de Israel, abatidos por la hambruna (Rut 1:1), vuelve y trata de encontrar una figura como la del padre en esta parábola. Noemí y Rut, dos mujeres marginadas salen con la suya al encontrar a Boaz que ayuda y finalmente se casa con Rut y dándole un descendiente a Noemí (Rut 4:14-16). La marginalidad que quiere salir es rescatada con lo que se puede. Esto es ejemplo del amor al prójimo y la ayuda al hermano que Jesús predicaba.

Elementos secundarios

Retorno del Hijo Pródigo, por Pompeo Batoni, en 1773. Foto: Museo de Wien

Los elementos de esta parábola no han sido considerados tan llenos de significados como los de las 10 vírgenes o los labradores malvados. Curiosamente, aquí encontramos vestiduras y un anillo que le son entregados al hijo. Algunos han interpretado algo similar a lo que recibió José del Faraón Egipcio: «Faraón se quitó el anillo de sellar de su mano y lo puso en la mano de José; y lo vistió con vestiduras de lino fino» (Gén 41:42).[3] Aunque parezca un paralelo curioso, no se trata de la misma ceremonia, ya que está separada por más de 1500 años y en una cultura muy distinta a la judía en tiempos de Jesús.

Además, algunos han encontrado similitud con la larga historia de Jacob y Esaú, dos hermanos que se quieren reconciliar (Gén 25-35). Otros han argumentado que los dos hermanos representan a los judíos y los gentiles. Pero mientras que Tertuliano decía que el hijo menor nuevamente instituido representa los gentiles, Cirilo argumentaba que eran los judíos quienes habían ido a despilfarrar las bendiciones recibidas. Estas alegorías llevaron a interpretar la ropa, el anillo y las sandalias a ser el nuevo Adán, el sello del Espíritu Santo y la autoridad de ser hijos de Dios, respectivamente.[4]

Sin embargo, el contexto del evangelio según Lucas, nos muestra que Jesús cuenta 3 parábolas en contra de la murmuración farisea a que Jesús entre en contacto con pecadores. Las 3 parábolas suben de valor: 1) se pierde 1 oveja de 100 (1%); luego 2) se pierde 1 moneda de 10 (10%); finalmente 3) se pierde 1 hijo de 2 (50%). No solo sube el porcentaje. También vemos que animales y dinero son elementos de mucho valor para la vida humana. Pero perder una vida humano vale muchísimo más que una oveja o una moneda. Si se celebra por esos objetos, ¿cómo no celebrar una vida humana?

¡La interpretación más curioso!

La interpretación más curiosa tiene que ver con la interpretación alegórica de los dos hijos de los que uno se había rebelado contra el padre celestial, mientras que el otro no. Esta interpretación comentada por Cirilo de Alejandría (376-444 d.C.) y es la siguiente: Los dos hijos del padre celestial representan los ángeles y los humanos. El hijo menor representaba a los humanos estando en la presencia de Dios, en el paraíso, habían salido a malgastar su bendición. Jesús había venido a recuperarlos y los ángeles se frustraban con este accionar del padre celestial.[4]

En anciano de días, por William Blake, en 1794. Foto: Archivo Blake

Obviamente, esta interpretación tuvo mucha contra en la línea ortodoxa de la iglesia. La interpretación ha sido reconocida como herética del valentinianismo, que son los que enseñaban el así llamado gnosticismo. Además, el contexto como ya lo mencioné, nos limita a estirar esta historia de dos hijos y un padre a cualquier realidad de la vida. Las ideas del gnosticismo han penetrado profundamente a todo el mundo del oeste: El autodescubrimiento, la autoayuda, la propia salvación, la autosuperación, todo sin la ayuda de Dios, le han dado la espalda al creador benevolente, diciendo: Nos mantuviste en una mentira, no eres bueno, ahora lo lograremos sin ti.[5]

Conclusión

Podemos concluir diciendo entonces que los tres puntos de esta parábola son: 1) Como el hijo menor siempre pudo arrepentirse y volver al padre, así lo puede hacer toda persona, sin importar hasta donde ha caído; 2) como el Padre estuvo dispuesto a recibir y celebrar la vuelta de su hijo, así lo hace Dios cuando volvemos arrepentidos a él; 3) como el hijo mayor tuvo sus dificultades con aceptar el perdón inmerecido a su hermano menor, así siempre será difícil aceptar que Dios perdone inmerecidamente a personas que nos han dañado.[6]

La pegunta final que Jesús hace indirectamente es: ¿No se alegran cuando encuentran dinero o una oveja? ¿Cómo Dios no se alegraría al recibir de vuelta a su hijo, un humano creado a su imagen?



Bibliografía

[1] Zimmermann, Ruben. Puzzling the Parables of Jesus: Methods and Interpretation. Fortress Press, 2015.

[2] Schottroff, Luise. Die Gleichnisse Jesu. Gütersloh, Alemania: Gütersloher Verlagshaus, 2005, pág. 295.

[3] Bailey, Kenneth E. El hijo pródigo: Lucas 15 a través de la mirada de campesinos de Oriente Medio. Trad. por Marga Llavador. Miami, EE.UU.: Vida, 2009.

[4] Tissot, Yves. “Patristic Allegories of the Lukan Parable of the Two Sons.” Pages 362–410 in Exegesis: Problems of Method and Exercises in Reading (Genesis 22 and Luke 15). Edited by Francois Bovon and Gregoire Rouiller, Translated by Donald G. Miller. Eugene, OR, EE.UU.: Wipf and Stock, 1978, págs. 378-382.

[5] McGrath, Alister. Heresy: A History of Defending the Truth. New York, NY, EE.UU.: Harper Collins, 2009, págs. 117-119.

[6] Blomberg, Craig L. Interpreting the Parables. 2nd ed. Downers Grove, IL, USA: IVP Academic, 2012, págs. 55, 200-201.

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