La parábola de Lázaro y el hombre rico

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La parábola del pobre Lázaro y un hombre rico solamente encontramos en el evangelio según Lucas (Luc 16:19-31). Esta parábola contiene varias tensiones que nos llegan quizá muy de cerca. Una cuestión es la fuerte injusticia social que encontramos en la parábola y quizá también en las calles de nuestro barrios. Otra cuestión es la curiosa manera de pintarnos una realidad después de la muerte.

Algunos conceptos de interpretación nos ayudarán a entender mejor esta parábola, y quizá llegar un poco más cerca de lo que Jesús y Lucas trataron de comunicar al contar o redactar esta parábola. La parábola incita toda clase de preguntas, por ejemplo: ¿Es el rico castigado por ser rico? ¿Será que Lázaro llega al seno de Abraham simplemente por sufrir? ¿Qué realidades son los tormentos del rico y el seno de Abraham? Algunas de estas trataré de encarar.

La parábola

La parábola se podría resumir en la historia que Jesús relata sobre un hombre rico que celebraba banquetes. En contraste, el pobre Lázaro ansiaba algunas migajas de estas mesas, mientras que perros lamían sus llagas. Los dos fallecen. Mientras que Lázaro termina en el seno de Abraham, el hombre rico termina en un lugar de tormento. Ahora el hombre rico ansiaba una gotita de agua de Lázaro. Un abismo entre los dos hace imposible cualquier ayuda en su nuevas realidades. Finalmente el hombre rico pide que Lázaro resucite para avisar a sus hermanos vivientes, pero estos se tendrán que bastar con la ley y los profetas. (Lea la parábola completa en Luc 16:19-31)

En seguida nos surgen algunas preguntas: ¿Es una historia inventada? ¿Contiene una expectativa a una realidad después de la muerte verdadera? ¿Cómo podemos manejar estas confusiones hacia algo más claro?

En otro artículo he tratado el tema de qué una parábola es. Sin embargo, Ruben Zimmermann nos ayuda a tener en cuenta las siguientes características en las parábolas de la Biblia, una parábola es:

narrativa, y ficticia, y realista, y metafórica, y/o apeladora, y/o contextualizada.[1]

Estos elementos nos explican la diferencia entre una experiencia vivida y una parábola. Para que no se convierta en un relato de una experiencia, la parábola debe ser ficticia; pero para que no sea ciencia ficción, debe ser realista. Sólo en esta fusión de un mundo realista en una narración ficticia, es donde la parábola puede nacer. De esta manera también debemos abordar esta parábola.[2] Con esto no quiero decir que todo en la parábola es invento, sino justo lo contrario: el mundo de la parábola refleja el mundo experimentado por Jesús y sus oyentes.

El banquete del hombre rico con Lázaro afuera atacado por perros, por Hans Schilling, en 1469.

Entre pobres y ricos

El primer punto que quiere transmitir la parábola es el llamado a la ayuda de los más necesitados. A través de todo el evangelio según Lucas, uno de los puntos centrales es la venida de Jesús «para anunciar el evangelio a los pobres» (Lc 4:18; comp. Isa 61:1). Solo en Lucas, Juan el Bautista predica en la misma dirección: «el que tiene dos camisas debe compartir;» «no cobren más de lo debido;» y «confórmense con lo que les pagan.» (Aquí escribí otro artículo sobre lo económico en Lucas)

El contraste entre el hombre rico y el pobre Lázaro apelan por la misma generosidad. Sacar de la parábola un argumento en contra de un sistema económico actual parece encajar la parábola como si Jesús y Lucas vivieran en el siglo XX o XXI. No se trata de un socialismo ni capitalismo, sino de una mayor demanda a la generosidad. Sin condenar el estado económico, apela principalmente al rico. ¿Cómo podemos saber que se trata de la generosidad y no necesariamente del estatus económico? Pues, el mismo Abraham era bastante rico (Gén 13-14).

Contraste entre los dos personajes:

El hombre ricoEl pobre Lázaro
sin nombrecon nombre: Lázaro
vestido con púrpuralleno de llagas
banquetes diariosansiaba migajas
entre amigosentre perros salvajes
sepultadollevado por los ángeles
……………..…después……………..……………..…después…………….
agonía y dolorconsolación
ansiaba una gotitaacceso a agua
en el Hades, en fuegoen seno de Abraham


Este hombre rico conoce el nombre de Lázaro, pero ni en su tormento le habla, sino que se dirige a Abraham, como si así se arreglara el negocio y Abraham mandaría al siervo Lázaro a mojarle la lengua. Recién ahí pide por sus hermanos, pero nuevamente de una manera extra-oficial. Como si estaría por encima de la voluntad o ley de Dios. Pero en esta parábola, ni Abraham tuvo compasión con este hombre. Moisés y los profetas bastarían para la revelación de la voluntad divina para nuestras vidas.

Da la Biblia de imágenes de la abadía de San Bertin, en 1200 d.C.

¿Entre cielo e infierno?

Una de las grandes preguntas que surge al leer esta parábola es sobre los destinos curiosos en los que terminan los personajes. ¿Qué es el seno de Abraham? ¿Qué es el Hades? ¿Por qué hay agua y fuego? ¿Son lugares intermedios o destinos finales?

La apelación o «moraleja» que Jesús y Lucas quisieron transmitir NO era una satisfacción de la curiosidad humana sobre el más allá, sino enfatizar que el presente tendrá una consecuencia directa para el más allá. Sin embargo, para que podamos ver como la cosmovisión de los autores del Nuevo Testamento estaba inmersa en la de su tiempo y cultura analizaremos estos dos destinos:

1. Hades y el lugar de tormento

Ilustración para «Jeroglíficos» de Francis Quarles, por Graham Sutherland, en 1943, Foto por MutualArt.

El lugar donde se encuentra el hombre rico es un lugar de tormento. El Hades es la palabra griega que quiere traducir el Seol del Antiguo Testamento. Allí el Seol era entendido como un lugar donde personas malvadas y justas todas llegaban (comp. Isaac en Gén 37:35; Coré en Núm 16:30). Pero en tiempos de Jesús estas formas de hablar acerca del más allá fueron tomando más y más forma.

La parábola utiliza conceptos que no son del todo «normales» para la Biblia, como por ejemplo el seno de Abraham, valle de separación, diálogo entre muertos, tormento y fuego para uno, consolación y agua para el otro. Todo esto está bastante similar de lo que encontramos en el libro de Enoc (ca. 200-100 a.C.). Allí encontramos la idea había cavidades para los muertos, mientras que los malvados estaban en agonía, los justos estaban en una cavidad donde había una fuente de agua. Estas cavidades están separadas por un gran valle o abismo. Quizá esto nos ofrece como varias personas en aquel entonces se hacían la idea del más allá.[3,4]

Sin embargo, en nuestra parábola Abraham está presente y en Enoc no hay fuego para los humanos malvados, excepto para los ángeles rebeldes. No podemos definir el entendimiento del más allá que tenía Jesús de esta parábola, ya que no sabemos si él hizo lo realista desde lo convencional o de su propia convicción. Lo que sí podemos decir con certeza, es que aquí Jesús está convencido de una retribución en el más allá por como vivimos aquí en la tierra. Allí ni el amigo de Dios, el padre Abraham tenía misericordia. Además debemos ver que Jesús responde a su compañero de crucifixión: «hoy estarás conmigo en el paraíso» (Luc 23:43).

2. Seno de Abraham y la Santa Cena

Fresco del monasterio en Rila, Bulgaria. Foto por Apostoloff.

Hablando de paraíso, el probe Lázaro termina en el seno de Abraham (Luc 16:22-23). ¿Qué hace Abraham aquí? Abraham, considerado el padre de la nación judía, aparece en mucha literatura judía antes y contemporánea a Jesús como un mediador en la transición entre esta vida y la venidera. Así mismo lo presenta Jesús en Lucas:


Entonces comenzaréis a decir: «Comimos y bebimos en tu presencia, y enseñaste en nuestras calles»; y Él dirá: «Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí, todos los que hacéis iniquidad». Allí será el llanto y el crujir de dientes cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros echados fuera… y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

Lucas 13:26-29 (LBLA)


Lo que podemos ver es, como también en otras parábolas, la imagen de un banquete celestial está presente aquí. Lázaro está al lado de Abraham un de los principales de esta mesa. Los banquetes del hombre rico, la reversión de las situaciones, la presencia de Abraham, el «ver a Abraham» y juntando los patriarcas con los profetas, todo indica a que aquí existe una conexión muy cercana con un banquete celestial. Una comparación vemos cuando el discípulo amado se reclina sobre el seno de Jesús en la última cena (Jn 13:23), un banquete con mucho simbolismo para el más allá.

Quizá esto nos lleva a reflexionar sobre qué implica participar indignamente de la Santa Cena (1 Cor 11:27).

Conclusión

Teniendo en cuenta la triangulazión que he tratado aquí, vemos que los tres personajes principales aquí son 1) el hombre rico y 2) el pobre Lázaro y por encima de los dos, como un árbitro, o por lo menos comisionado del árbitro, está 3) Abraham. Cada uno de los tres personajes representan un punto a tener en cuenta. De esta manera podríamos decir que Jesús quiso transmitir los siguiente: 1) Los que son ayudados por Dios como Lázaro terminarán en su presencia; 2) los no generosos que no se arrepienten, como el hombre rico, tendrán su castigo eterno; 3) Abraham, Moisés y los profetas ya nos han revelado la voluntad de Dios.[5]

No es por nada que la parábola haya apelado al corazón del conocido Albert Schweitzer a dejar su carrera teológica y abrir un hospital en Lambaréné, Gabón.[6]

La tumba del Dr. Alberto Schweitzer. Foto por michael mve.


[1] Zimmermann, Ruben. Puzzling the Parables of Jesus: Methods and Interpretation. Fortress Press, 2015, pág. 138.

[2] Bovon, François. Das Evangelium Nach Lukas: Lk 15,1-19,27. EKK. Düsseldorf, Alemania: Patmos, 2001, pág. 109.

En español: Bovon, François. El evangelio según San Lucas: Lc 15,1–19,27. Traducido por Antonio Piñero Sáenz. 2da ed. Salamanaca, España: Ediciones Sígueme, 2016.

[3] Lehtipuu, Outi. The Afterlife Imagery in Luke’s Story of the Rich Man and Lazarus. Supplements to Novum Testamentum 123. Leiden, Holanda: Brill, 2007, págs. 129-137.

[4] García Cordero, Maximiliano. La esperanza del más allá a través de la Biblia. Salamanaca, España: San Esteban, 1992, págs. 195-230.

[5] Blomberg, Craig L. Interpreting the Parables. 2da ed. Downers Grove, IL, USA: IVP Academic, 2012, pág. 259.

[6] Schweitzer, Albert. Zwischen Wasser und Urwald: Erlebnisse und Beobachtungen eines Arztes im Urwald Äquatorialafrikas. 2da ed., original del 1921. Munich, Alemania: C.H. Beck, 2008, pág. 9.

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